domingo, 27 de diciembre de 2009

Mi Cuento de Navidad


Foto de una Navidad hace 7 años
Uno de los tantos lemas de mi padre es “Hay que ser práctico en la vida”, y el de mi madre “No hagas problema”, así que sumándole a la practicidad el hecho de ser maniaco obsesivo no diagnosticado y por lo tanto no medicado, la vida en general de los que crecimos en el entorno puede ser bastante…¿complicada?
El ser práctico llevó a mi padre (y a mi madre incluida para “no hacer problema”) a darnos en Navidad regalos sin envolver, a decirnos que Papá Noel es él mismo, y a no poner mucha luz en el árbol porque “Así le da vueltas el medidor”.
Es por eso que decidí mientras crecía, ser el polo opuesto a mis padres.
Cuando Andreita tenía dos años empezamos un ritual que luego siguió con la Titi y la Cristi, y duraría 14 años. Cada una metía la carta a Papá Noel en su bota de fieltro y la colgaba en la ventana. Luego de un par de días amanecían las botas repletas de caramelos y chocolates súper raros, de esos que solo vendían en las tiendas del Polo Norte (“Honey” del Albán Borja), y todo el piso hasta la ventana estaba lleno de polvo mágico de los renos voladores (escarcha dorada). Así comenzaba la alegría de la Navidad en nuestra casa! El 24 de Diciembre también era tradición cenar donde mis papás, así que antes de irnos, le dejábamos a Santa galletas oreo y un vaso de leche en la mesa.
Ya en casa de mis papás siempre se le "olvidaba" algo a Toñito: comprar una cola, un encendedor, etc, etc. , así que buen pretexto para desaparecer, coger el carro y salir volando a la casa, sacar los regalos del escondite secreto, meterlos en una súper bolsa de tela brillante verde con lazo de satín rojo, ponerla en el árbol, regar polvo mágico de los renos voladores, mordisquear un poco las galletas y regar un poco la leche (ese era el plan pero siempre se comía todas las galletas y me regaba casi toda la leche en la mesa).
A la media noche cuando regresábamos a la casa, todo era increíble! Ver esas caritas, las risas, los ojos enormes, la ilusión!! El sueño se les quitaba por un par de horas hasta que se dormían rendidas con vestido de navidad y todo.
Luego de algunos años comenzó a peligrar el ritual porque las niñas empezaron a sospechar del desmemoriado papi que siempre se olvidaba de algo y desaparecía en la mitad de la cena, así que no se desprendían de él ni un segundo, haciendo complicada la huída.
Todo fue pasado a la mañana del 25, así teníamos tiempo de sobra en la madrugada para armar toda la escena que encontrarían la mañana siguiente.
Las tres Marías comenzaron a tener dudas a partir de los 10 años, gracias a sus compañeros de clase que tenían papás como los míos, pero yo siempre lograba convencerlas, además si no crees en Santa, no te llega nada en Navidad….que triste cuando me decían: “Ah por eso es que los niños pobres no reciben nada, ellos no creen en Santa mami”
Un día, en medio de las dudas de aquel personaje, Andreita recibió una sorpresa: mirando por la ventana vio unas luces rojas volando a lo lejos, mientras hice sonar una campanita escondida en el árbol, así que gracias a TAME, o a un extraterrestre, la bebe siguió creyendo.
Definitivamente a los 12 no creyó más, ni en Santa, ni en la Primera Comunión, ni en nada, se me hizo agnóstica la chica, pero se convirtió en nuestra cómplice para que sus hermanitas sigan creyendo.
Luego a la misma edad la Titi tanteó unos zapatos patines escondidos en mi closet, así que dejó de creer, y el año pasado la Cristi pidió un “Ripstik” que la prima se encargó de decirle que su papá se lo trajo de Miami.
Es así como terminó la ilusión de la Navidad para mí. Viéndolo bien me sirvió como terapia aunque no creo estar todavía curada, porque este año ni árbol puse. Ya no hubo polvo mágico de renos, ni botas, ni oreo, pero las caritas de alegría de mis hijas me llenaron de nuevo del espíritu navideño que me hace tan agradecida porque tengo los mejores regalos durante todo el año!

lunes, 7 de diciembre de 2009

A ricitos con amor


Definitivamente cada quien cree en lo que quiere, los incas en el sol, los griegos en sus guapos dioses, etc., etc., Yo no soy la excepción, así que siempre he querido creer en el alma gemela para cada terrestre y por supuesto en la reencarnación. Según mi teoría, que no es solo mía por cierto, nos rodeamos de seres que nos ayudan en esta evolución espiritual que termina en el Nirvana. Es por eso que a veces conocemos a alguien que de una nos cae bien, porque seguramente en otra vida fue un mejor amigo o un familiar de esos divertidísimos, y otros que de una nos caen súper mal, porque podrían haber sido…la suegra, o un cobrador fastidioso.
Asi es que estoy rodeada de gente, que según yo, me ha acompañado por muchos siglos.
Hace muchos años conocí a una linda niñita con un pelo precioso. Cuando le cogí un mechón y le pregunté con una gran sonrisa su nombre, me miró con una carota y se limitó a arrancar de mi mano su lindo rulo. Hasta allí llegó la linda ricitos de oro.
No me acuerdo en qué momento esa niñita regresó a mi vida, pero debe haber sido en su adolescencia, porque llegaba el 31 de Diciembre, y la tenía en mi casa hasta Marzo. A mí me encantaban sus visitas, especialmente porque me mantenía al día con el argot juvenil que más adelante me sería muy útil con mis tres Marías.
Su paso por la adolescencia no fue nada fácil, y me recordaba a mí misma, así que decidimos adoptarnos mutuamente. Eso trajo algunos celos. Andy no entendía por qué no podía quedarse a escuchar las conversaciones que teníamos Ricitos y yo, y Toñito histérico porque no me acostaba con él temprano a ver la tele, sino que me quedaba conversando hasta altas horas de la madrugada. De nada servía que le explicara que toda esa información adolescente me serviría en un futuro próximo, simplemente no lo aceptaba y seguía con la trompota.
Un día casi se termina la paz y armonía de mi feliz matrimonio.
Ricitos nos pidió que la lleváramos a la casa de una amiga en Puerto Lucía. Cabe recalcar que en ese tiempo el carro familiar era una Chevrolet Luv con el aire dañado, un hueco en el piso por donde a más de entrarnos con furia la tierra, se veía la calle y el aceite que iba quedando, botaba un humo asqueroso que nos confundía con fumigadores contratados por la prevención de la malaria, y latas y fierros oxidados sobresalidos que nos hacían el terror de cualquier vaca que se cruce en el camino, ya que agonizar semanas antes de morir de tétano es peor que morir de una con el impacto de un buen frente de camioneta.
Cuando estábamos a pocas cuadras del club, Toñito le pregunta el nombre de la familia para dejarla adentro. Instantáneamente esa niña se botó del carro, todavía rodando, y llegó corriendo al club sin mirar atrás. Desapareció entre las canchas de tennis y los guardias de la garita. Después de algunos “¿Pero qué se ha creído esta muchachita?”, “Viste?, ni siquiera dijo gracias”, y “Ni más la llevo a ningún lado a la malagradecida esta”, entendió que cuando tienes 15 años eres así.
Pasaron algunos años más, y muchas cosas cambiaron: sus risos se fueron por mucho tiempo gracias al alisado permanente tan de moda, tuvo un precioso bebé del que soy la madrina principal (luego de arrebatárselo en la pila bautismal a la madrina segunda), descubrió que tiene un talento impresionante para la pintura, y creo que encontró a la persona especial con la que algún día va a formar su propia tribu.
Yo la sigo de cerca, convencida de que en otra vida fui su mamá, hermana mayor, o algo parecido, porque en esta vida la quiero tanto como a otra María.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Lo bueno que traen los apagones

Michael Jackson y su Moonwalking - Titi
Escalera eléctrica - Andy
jalar la válvula...no había necesidad de ser tan explícito - Toño




Roca.. no es isla sino ROCA - Cristi










Riel.... por Dios!! RIEL!! - yo

Todos los miércoles eran “miércoles Familiares”. Algunas veces éramos jurado y otras concursantes.
El juego: “American Next Top Model” y “American Idol”. Los puntos aumentaban con el vestuario, maquillaje e interpretación, y por supuesto tenían que haber concursantes desubicados que hacen todo mal para hacer reír al jurado y ser la burla mundial. 
Andy y la Cristi nunca querían hacer ese papel, así que nos tocaba a Toño, y a mí hacer las payasadas. Lo pasabamos demasiado bien, llorábamos de la risa…hasta que apareció Lost en el mismo horario y Andy adolescente nos convenció de cambiar el día familiar.
El miércoles se convirtió en “martes familiar”. Comprábamos pizza 2x1, una Coca Cola familiar (fabricada especialmente para el día familiar), y nos sentábamos alrededor de un tablero de “Clue” de los Simpsons. Aunque las más chiquitas no entendían todos los apuntes que los más grandes hacíamos, lo intentaban muy bien, y aunque nunca ganaron, nos divertíamos muchísimo. 
Eso nos duró muchos martes, hasta que apareció “Big Love” en el mismo horario y nos tocó a los papás convencer a las hijas de cambiar el día familiar.
Probamos un tiempito con el jueves, pero no dio mucho resultado, no por el día en sí, sino por los juegos que escogimos. A nadie le gusta jugar conmigo SCRABLE, dicen que es aburrido, y yo digo que es increíble porque siempre les gano.
Tampoco resultó el juego que eligió la Cristi, era demasiado chistoso ver a Toñito jugar “Las Bratz , tu onda, tu moda”. 
“Disney Trivia” nos gustó a todas, menos a Toñito. Parece que al pobre nunca lo llevaron al cine Maya porque creía que Pocahontas era la novia del Jorobado de Notre Dame que huía del malvado Scar luego de que se hundió su barco, y nos hacía perder a todos los que entrabamos en su equipo.
Andy opinaba que mejor fuéramos a ver la televisión nomás, pero eso era anti-familiar como todos le dijimos.
Durante mucho tiempo desaparecieron esos días. Fueron reemplazados por el facebook y el eterno BB Messenger, pero hoy, gracias a los apagones, ha vuelto la felicidad al hogar!
El ritual comenzó: velas aromáticas en la sala, división de equipos: "Yo voy con mi mami!; Papi deja de payasear que siempre sacas 1 en el dado!; Titi, adivina bien!; Andy porque dibujas tan despacio?; Cállate es que quiero hacerlo bien!; Oye, no contestes tus mensajes de celular! Ya jueguen pues o me voy!"….Mmmm eso es familia! Que lindo! Todos estamos alrededor de PICTIONARY y comenzamos a tirar dados, dibujar, ganar, reírnos, y no nos damos cuenta que hace más de media hora regresó la luz!.

martes, 27 de octubre de 2009

Los días que vinieron y vendrán


Me imagino que esta historia en nuestra familia va a seguir de largo, porque aunque la pequeña Cristi ya salió de peligro, siguen en el aire muchas cosas que demorarán demasiado en evaporarse, o tal vez nunca lo hagan.
Las cosas obviamente ya no serían iguales, desde el momento en que la -por decir lo menos-inescrupulosa e inconsciente mujer que le hizo la endoscopía y le perforó el duodeno a mi hija, decidió hacerse la loca y desconectarse de la situación, y el director del hospital, corroboró el estúpido y equivocado diagnóstico.
Luego de que se me iluminó el cerebro y saqué a mi hija de ese, como bien llamé, Hospital del Terror, para poner su vida en manos del Dr. Ramiro Navarrete y su excelente equipo médico, nuestra historia ha podido continuar, porque la operación y su evolución han sido un éxito. Por fin, luego de 10 largos y duros días, estamos de regreso en nuestra casa de la playa, y muchas cosas, a más de la Clínica, nos están pasando la factura.
Campanita, la gata voladora, nos recibió con un larguísimo, miau, y mis plantas necesitaron agua, mis conversaciones locas y un poco de insecticida porque las hormigas hicieron su agosto en algunas hojas.
El pobre Toño con su metro ochenta y cinco, tiene la espalda triturada luego de dormir conmigo en un sofá cama de 1 plaza y casi nada de espuma.
Andreita anda dando vueltas por la casa con cara de República Dominicana. La pobre sabe que difícilmente podrá ir al viaje de fin de curso planeado.
La Titi parece diablo en botella porque no puede hacer coreografías, ni skate, ni bajar a la playa con su hermanita. Que mala semana para tener vacaciones!.
La Cristi se mueve despacio y todavía se marea, se acuesta, se aburre, se duerme.
Anoche no pudo dormir bien, tiene muchas conversaciones, imágenes y momentos mezclados en su cabeza, así que tuve que acostarme con ella otra vez hasta que se durmiera, y dejarle la luz del corredor prendida.
Ve su barriguita y encuentra 38 marcas donde estuvieron 38 grapas, 1 orificio a la izquierda donde estuvo una sonda en su estómago, 2 orificios más a la derecha de donde salían dos sondas que drenaban no se qué, 3 marcas más junto a su hombro izquierdo de donde salía un catéter conectado al corazón. Esta apropiada para la fecha, parece víctima de Drácula, o la hija de Frankenstein.
El otro día se le ocurrió operar a su oso. Con la Titi como ayudante, usó todos los implementos quirúrgicos que sobraron de la Clínica, y la grapadora del escritorio del papi. Le hizo los mismos cortes que ella tiene, y entre risas que salían del cuarto- quirófano, escuché que decía: “doctora, cuidado le corta el duodeno”.
Tengo ganas de quemar la “loncherita” que nos dieron en el Hospital Roberto Gilbert, me trae malos recuerdos, pero no sé si la necesite para algo cuando los demande. Me imagino que se podría convertir en la prueba # xxxx, por si intentan desaparecer evidencias de que estuvimos allí.
Y no es que vea mucho CSI, sino que todo lo que he escuchado de ese Hospital y su director, me hace estar segura que la pelea va a ser dura, así que por si acaso, cualquier prueba de que mi hija entró allí por una vil endoscopía, y la saqué tres días después con una hemorragia interna y un diagnóstico equivocado de pancreatitis, me servirá de algo.

domingo, 18 de octubre de 2009

Mi peor pesadilla


La intuición me falló. Se supone que a las mamás no nos falla, quien inventó esa aseveración no entiende como nos destruyó con la culpa a las que sí nos falló.
Se me metió en la cabeza que después de dos meses de dolor estomacal de mi Cristi, debíamos hacerle una endoscopia. El miedo de repetir la historia de mi ñaño me atormentaba, asi que en contra de la voluntad de Toño, se programó la endoscopia para el lunes.
Era ambulatorio, un proceso rápido hecho en el hospital de niños Roberto Gilbert. El director, amigo y colega de mi papá, nos dijo que era cosa de todos los dias allí, pan comido, y que el aparato especial para niños no le causaría ninguna incomodidad.
En el área de recuperación (le habían puesto anestesia general) la Cristi me miró y me sonrió, y luego, en un segundo todo cambió. Durante 1 hora la sostuve 6 veces mientras vomitaba sangre.
Alexandra Salvador, doctora que le realizó la endoscopía, me decía que era normal porque tenía el estómago delicado debido a la gastritis que le encontró y a las biopsias que tomó.
Como no mejoraba y tenía mucho dolor, por insistencia nuestra la ingresaron.
En toda la noche y madrugada siguiente vomitó 15 veces más, siempre con sangre. El dolor abdominal empeoraba pese a todos los sueros con medicamentos que le administraban, y no la dejó dormir esa madrugada por mas de 5 minutos seguidos.
Toda la incompetencia de las horas siguientes de auxiliares, licenciadas, doctora y director, sumada a las venas perforadas, hicieron que no creyera en las decenas de exámenes que ordenaron posteriormente, ni en el hematólogo que llevaron y sus estúpidos síndromes raros que según él ocasionaban el sangrado, y que los exámenes descartaron.. Y el dolor? Seguían diciendo que era normal.
El miércoles en la mañana, cuando aún seguía con el dolor, la Dra. Salvador la revisó y como la encontró bien de ánimo y con el vómito controlado, me dió la receta para los medicamentos que tendría que darle una vez dada de alta, según ella, esa misma tarde.
Mi papá por teléfono y a 150 km de distancia ordenó un eco de abdómen que a la doctora nunca se le ocurrió pedir. Ese eco fue mal interpretado por el propio director del Hospital: Enrique Valenzuela, como una pancreatitis, y sin hacerle ningún examen confirmatorio, pretendieron ponerle una sonda naso gástrica y seguir bombardeándola de medicamentos.
No lo permitimos, y allí fue cuando decidimos sacarla volando de ese hospital del terror, y fue la última vez que la doctora Alexandra Salvador nos llamó. ¿Creerá que estamos en la playa haciendo castillitos, o se imagina la suerte de mi hija? Solo su conciencia lo sabe.
Desesperados por el tiempo perdido, llevamos a mi Cristi donde su pediatra, que al examinarla con el cirujano, coincidieron en lo que posteriormente los exámenes revelarían. A mi hija le perforaron el intestino!
La doctora Alexandra Salvador le perforó el duodeno al hacerle la endoscopia. Por qué diablos dejó pasar tanto tiempo sin sospecharlo y corregirlo, si cada segundo que pasaba era vital!!
De emergencia la ingresamos a la clínica Kennedy y allí hicieron exámenes minuciosos y correctos.
Esa noche la operó de emergencia un equipo de médicos de los que estaremos agradecidos toda la vida.
Es grave, su pronóstico es reservado, eso me aterra.
Todos me dicen que los niños se recuperan rápido, que mi hija es súper valiente, que están impresionados de lo luchadora que es, nuestros amigos y familia rezan por ella a cada instante. Yo le he pedido perdón a Dios por dudar de El, por haber perdido la fe tantas veces, porque hoy, luego de las oraciones de todos sin importar sus creencias, es claro que mi hija lo está superando poco a poco gracias a un milagro, que comenzó desde que salí de ese hospital sin permitir que la sigan atormentando, hasta que llegó a las manos correctas a través de las cuales Dios está trabajando.
La desgracia irreparable por la que estuvimos tan cerca de pasar, la viven a diario miles de niños, y no es justo. Son miles de familias destruidas por la negligencia, por la insensibilidad, por la falta de acción cuando los segundos cuentan. Si mi papá no fuese médico, si yo no tuviera las agallas y carácter que tengo, si mi esposo no hubiera estado allí para tomar decisiones y apoyarme, hoy mi hijita seria un número mas en la lista de niños que entran pero no salen con vida de ese hospital.
Algo tendré que hacer, pero ahora, mientras escribo en el cuarto con mi hijita rodeada de sueros largos que salen de su cuerpo, peluches, tarjetas, un pequeño altar y mucho amor, solo puedo rezar y esperar pronto verla de nuevo pararse de manos en la playa que tanto extraña.

lunes, 5 de octubre de 2009

En la Ciudad de La Furia


Hace casi ocho meses publicaron en diario El Universo una carta que les envié acerca de la terrible ola de inseguridad que se estaba viviendo en Salinas. Allí relataba el asalto que sufrió el personal de la distribuidora donde yo trabajaba. Minutos antes yo había salido y por eso me salvé del horror que vivieron mis compañeros, que luego de eso engrosaron la fila de ecuatorianos estresados, paranoicos y aterrados.
Me pregunté cómo era posible que haya tanta base militar en la Península adiestrando a soldados para defendernos de invasiones extranjeras imaginarias, y no puedan salir a practicar por lo menos un ratito con enemigos reales. Los mandé a las calles, en lugar de estar parados como soldaditos de plomo en las garitas, o jugando al tiro al blanco, día tras día, costándole millones al estado. Pero no me pararon bola los que leyeron mi nota, si es que la leyeron.
La ola de asaltos a mano armada y bien organizada bajó muchísimo, claro, se acabó la temporada de playa. En su lugar quedaron los estruchadores de barrio que se meten a las casas abandonadas a ver que se llevan, y una que otra muerte por saldo de cuentas entre pandilleros. “Nada del otro mundo”.
El problema ahora más que nunca es Guayaquil, y ya que los militares están por allá, seguro que los choros regresarán por acá.
Y lo que más me preocupa es la clase de delitos que se cometen a diario. Estos seres están enfermos, llenos de odio, degenerados a su máxima expresión. No roban y ya, sino que matan y torturan con saña y frialdad. No entiendo como un delincuente de estos puede salir del maletero, meterse al taxi, y luego de robarle a la infortunada pasajera piensa ah, espérate un ratito que aprovecho y te violo. ¿?¿?¿? Entran a una casa a la hora que sea, y si hay mujeres y niños..ah, espérate que aprovecho y te violo.¿?¿?¿?¿?¿? No entiendo.
Entonces estamos en una sociedad de locos sicópatas, y para un loco sicópata no puede haber una cárcel normal. Estos enfermos no pueden salir NUNCA de la cárcel-siquiátrico a la que pertenecen, y deben ser castrados por si acaso se llegaran a escapar.
Qué se está haciendo al respecto? Por lo pronto la cárcel del municipio está de adorno, sugiero que encierren allí para siempre a todos estos sicópatas, y les den de comer la llave licuada en la crema de brócoli.
Por otro lado, existen muchos trabajadores sociales en el país, ¿estarán haciendo algo por los cientos de miles de niños que viven y crecen en el entorno monstruoso que los convierte en eso a lo que tanto le tememos? Cada vez que veo en las noticias casos como el bebé que es entregado nuevamente a su madre “arrepentida” luego de botarlo en un tacho con el cordón umbilical todavía pegado, me doy cuenta que no, nada se está haciendo, y lo poquísimo que se quiere hacer, se lo hace recontra mal.
Si yo fuera un cuento, ¿qué personaje sería? Antes hubiera respondido La Sirenita, hoy me moriría por ser El Flautista de Hamelin.
Hoy, cambiaría feliz mi amado mar por el trabajo de eliminar ratas de la ciudad de la furia.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Sí señor, soy adicta


Descubrí dos cosas que tenemos en común Amy Winehouse y yo. A las dos nos encanta delinearnos un rabito en el párpado. Claro, el mío no es tan escandaloso, pero era blanco de las críticas de mis hijas, hasta que la Amy lo puso de nuevo de moda. Lo único que sé es que desde que me comencé a maquillar a los 14 años hasta el día de hoy NUNCA lo he traicionado. Mi rabo y yo somos inseparables.
La otra cosa en común con la Amy es que somos adictas, ella a todas las drogas inhalables, inyectables, fumables, masticables, etecé, etecé, y yo solo a las pastillas.
Me di cuenta de que tenía un grave problema cuando un día me dieron las 2 de la tarde de un día lunes, y seguía en pijama, no había sacado nada del congelador, los platos del desayuno seguían en el comedor, y se escuchaba el motor de la camioneta que llegaba con tres niñas y un esposo muertos de hambre.
No otra vez!, pensé. Volé a lavar medio medio el arroz y conecté la olla arrocera (Dios tenga en su gloria al señor Oster!), el pollo en el microondas se descongeló rapidito. Abrí una lata de menestra Facundo y listo, en lo que les tomó subir los 4 pisos ya estaba oliendo a comida. Mi cargo de conciencia no fue que ese día tomaron solo agua, sino que llevaba algún tiempo haciendo el mismo ritual casi exacto, y la familia ya empezó a sospechar que me hallaba en algo cuando comieron enlatados casi 10 días seguidos.
Un día mi amado Toñito llegó sin avisar, creo que empujó el carro desde la esquina porque no lo escuché, y en el momento menos oportuno, cuando engullía la mayor cantidad de pastillas que había tomado jamás, entró tirando la puerta y clavó sus ojos en los míos con un “¿¿Qué está haciendo??” fulminante.
Y es así como llegó el final de mi secreto. Mi adicción había sido expuesta. Todos en mi casa se enteraron que era adicta a las pastillas del Pacman. Ese vil y antiguo juego ochentero me atrapó una vez más como hace 28 años cuando lo jugué por primera vez. Sí, es verdad, lo reconozco, me obsesioné con todas las versiones y en casi todas logré un record espectacular.
Odié a Blinky hasta que aprendí a leerle la mente, luego cada pantalla se convirtió en toda una aventura. Cuando ya no pude avanzar más en esa versión, me bajé una a mi teléfono, y jugué y gané hasta que dañé la bolita y se circuitó la pantalla. No podía parar. Hasta soñaba en una nueva ruta de escape.
Me estaba volviendo loca. No comía, mentira si comía. No dormía, me levantaba a las 7 y algo y me acostaba a las 1 y algo de la madrugada. Me volví estreñida por aguantarme, y el teléfono podía romperse de tanto sonar que yo no lo contestaba.
Pero lo superé. Mi adicción terminó. Yo solita me lo propuse y lo hice, igualito a cuando dejé el cigarrillo, así sin más ni más de un día al otro.
Yo tengo 130 días sin Pacman. “Te queremos”. Aplausos por favor.

jueves, 6 de agosto de 2009

Para los amantes de Jude Law y la buena musica


Me gusta ir al cine por lo menos una vez cada 15 días, y veo películas desde la comodidad de mi cuarto casi todos los días, aunque no puedo considerarme una cinéfila, ya que lo mío es puro hobby sin pretensiones.
Por lo general, si no se trata de cine independiente, me fijo en el reparto para elegir la película que voy a ver, y de este modo, he descubierto que coincidentemente detesto todas las películas que he visto donde trabaja Jude Law. Me di cuenta no enseguida, sino como a la tercera película.
La que encabeza la lista y fue el inicio de la maldición Law, es Sleuth (la Huella). Me imaginé que sería buenísima porque salía este chico guapo con el excelente actor Michael Caine. El problema es que no salen más que ellos dos en toda la larga y aburrida película. Debe haber sido una ganga hacerla: solo dos actores y una sola localidad, la mansión del viejo Caine.
La segunda película fue Alfie. No podía ser mala con la maestra Susan Sarandon en el reparto y Law como su gigoló, pero de nuevo me aburrió. Sin embargo, aquí se inició mi otro descubrimiento: me encantan las bandas sonoras de sus películas. Recuerdo por encimita no mas algunas imagines de Alfie, pero me quedaron grabadas para siempre las voces de Mick Jagger, Dave Stewart y Joss Stone con sus gloriosas "Old Habits Die Hard", "Blind Leading The Blind", y todas las canciones en general.
La tercera fue Closer. Este elenco fue mejor: Clive Owen, Julia Roberts, Natalie Portman. Pero aunque ciertas escenas me abrían los ojos, lo único que me mantuvo conectada al principio y despierta al final fue la magistral “The Blower's Daugther” de Damien Rice. La cuarta y última fue My Blueberry Nights. Admito que fui sin ninguna expectativa por la película en sí, solo quería comprobar la maldición Law: pésimas películas, excelentes bandas sonoras.
Y de nuevo no me equivoqué, increíble la interpretación de Norah Jones con “The Story” y “Skipping Stone” de Amos Lee. Pero lo que realmente pagó los $13 de las entradas y el combo de Nachos Supremos con extra queso, fue “The Greatest” de Cat Power, y el destrampe que le pega un guapisísimo Jude Law a la Jones en el mesón de la dulcería…por un momento me trasladé al lugar, y era yo la que estaba con la cara embarrada de mi favorito, el cheescake de frutilla, esperando aquel beso de película, hasta que me desperté horrorizada cuando me acordé que mi pastelero sería Benito de Los Dulces de La Entrada.
En todo caso, seguiré buscando los filmes de Jude Law para deleitarme con la música y sus ojos azules, hasta que se acabe con la maldición ganando un Oscar a la mejor actuación, y de fondo suene la banda sonora con Delfín hasta El Fin.

miércoles, 29 de julio de 2009

La Cascada de los Cinco





No sé cómo se llama este lugar, no lo encontré en Google. Es una cascada por la que se paga $0,25 por persona para entrar.
Según el mapa está en la vía Santo Domingo- Alóag, paso obligado hacia algunos lugares de la sierra ecuatoriana, y parada que nos ha visto crecer, así que la bautizaré “La cascada de los cinco”
A mi me encanta viajar en carro conociendo el país, y ojo, no tiene nada que ver con esas vallas de verde país que nos mandan a conocer primero lo nuestro, si fuera así, solo por llevarle la contra me quedo aquí clavada y solo conozco los 100 metros a la redonda de donde vivo, sí, solo por llevarle la contra….
Pero en serio, antes de conocer otros lados, me encantaría conocer muchas partes del Ecuador que todavía solo tengo en mi imaginación y en el tripadvisor.com.
No sé bien de donde me nació el espíritu aventurero en familia.
Si me voy algunos años atrás, recuerdo largos paseos a Cuenca, Riobamba, Quito, con mis papás y su grupo de más de 15 amigos y sus respectivas familias. Todos eramos tantos, que siempre alquilaban 2 buses gigantes, esos que decían BLUE BIRD. Así nos íbamos los chicos en uno y los grandes en otro.
Los chicos teníamos desde 7 hasta 17 años. Los papás, bueno, ellos siempre fueron viejos.
Nuestras aventuras y exploraciones del país no los incluían jamás porque ellos tenían como mejor amigo y líder del grupo a un tal Johnnie Walker, y nos estaba prohibido interrumpirlos. Las mamás…la verdad nadie se preguntaba por las mamás.
Los días de las vacaciones pasábamos divertidos hasta la hora que queríamos haciendo lo que queríamos: comiendo todos los postres del hotel, subiendo y bajando del ascensor, metidos en la piscina hasta que nos botaban, sapeando a los de 17 besuqueándose, mientras los papás jugaban “perra flaca” y caían temprano bajo el poder del tal Walker.
Bueno, esos no son los recuerdos que tendrán mis hijas, porque aunque le tengo tanto miedo a las alturas como al agua fría, con Toñito nos hemos mojado, trepado, rodado, balanceado, mareado, escalado, acampado y aventurado en cuanta diversión sin fin nos han ofrecido. Todo, mochila en mano, sin llegar a ningún hotel 5 ni 4, creo que ni 3 estrellas, pero súper divertido, y en contacto con la sencillez de la naturaleza.
Estos son los buenos recuerdos que les estamos dejando.

sábado, 18 de julio de 2009

Narnia debajo de mi cama


Tengo algunas cajas de cartón debajo de la cama. Guardan tesoros que tienen más de 16 años. Cientos de cartas de amor en algunas. Cientos de dibujos, manitos pintadas y letras patulecas en otras. Fueron llegando por aniversarios, cumpleaños, y así porque sí también.
Estas cajas de cartón son de la familia, nos han acompañado en todas nuestras mudanzas, desde la que bautizamos “casita de amor”, allí frente al salado, y luego a “Alta Gracia” donde conocimos y conservamos a nuestros mejores amigos.
Las cajas de cartón tuvieron un sitio en el asiento de adelante cuando hace más de 10 años nos mudamos a la playa y nos siguieron en nuestros tres cambios de departamento.
Ya llevan 8 años en el mismo sitio. Les saco el polvo, las abro, sonrío.
Las letras, los dibujos, las palabras van cambiando, el amor inmenso es el mismo.
Para mi último cumpleaños recibí una carta que no entra en las cajas de cartón pero sí en mi sala. No es de papel, es un lienzo, y lo que la artista me dijo que significaba me hizo tan feliz que será un tesoro más que nos acompañe en nuestras mudanzas.

viernes, 3 de julio de 2009

Oliva y su paso por el quirófano


Por lo general, nos proponemos adelgazar por estética o por salud. Pero yo conocí a alguien que quería a toda costa engordar. Entonces no me di cuenta, pero el tiempo me demostró que estaba bastante loca. La vi el otro día. No quiero ser mala, aunque se lo merece, pero parecía un travesti. Y no es que tengo nada en contra de los travestis, pero es trágico parecer uno sin serlo ni quererlo ser...¿o no?
Todo se remonta a unos años atrás, más de 20. La conocí en el colegio, y de una hicimos pata, como diría mi papi, para la maldad…esa parte de la historia no es la que quiero contar, así que no me desviaré, por esta vez.
Digamos que se llamaba… Oliva. Esta chica era flaaaaca, aaaaalta, con unos pies enooormes, pero aunque la descripción lo haga parecer, no era fea. Era mas bien guapa, siempre con el último grito de la moda encima, además, en ese entonces ya tenía nariz nueva, asi que no puedo dar fe de que tan fea era la anterior. Lo cierto es que esta chica, Oliva, tenía un complejo terrible por su condición, y no ayudaba en nada que haya estado siempre alado de ella, con mi metro cincuenta y ocho SIN plataformas de aquel entonces. Oliva empezó a tomar cuanta vitamina cayera en su boca con la fiel promesa de engordarla, y nada. Comía sin ganas y más de la cuenta, y nada. Se ponía ropa con relleno, dos tallas más grande, y nada. Así que un día comenzó a inyectarse unas substancias extrañas. A mí me decía que eran vitaminas inyectables, pero al poco tiempo comenzó su transformación. La voz le cambió, la cara se le engordó, los hombros se ensancharon, las piernas se engrosaron y no había Gillette que aguante.
Un par de años después se aumentó exagerada y notoriamente algunas partes de su cuerpo, empeorando el resultado y alejándose para siempre del molde inicial. Típico que cuando vemos a una persona todos los días no nos damos mucha cuenta de los cambios de a poco, y eso fue lo que me pasó.
Asi que no me había dado cuenta de la grave transformación de mi amiga Oliva, hasta que un día, en una reunión en mi casa con un muy variado, divertido y alternativo grupo de amistades, uno de ellos me pidió que le presente a mi “amigo”. Yo miré hacia donde apuntaba Cupido, y no veía a nadie más que a Oliva.
Allí fue cuando lo entendí. Mi amigo se refería a “ella” como “él”, y aunque al principio me hizo gracia porque pensé que me estaba molestando, luego de tanta insistencia para que se “lo” presente, me di cuenta que era en serio.
Mi amigo estaba seguro de que se trataba de un travesti que durante muchos años me había engañado fingiendo ser mi amiga.
A las finales no estuvo tan equivocado, porque amiga, amiga en el propio sentido de la palabra, resultó que no era, y hoy, luego de un par de decenas de años, está mas varonil y sola que nunca.
Oliva, Michael, producto de nuestra zoociedad? O simplemente portadores de una psicopatía de esas que hay hartas?
…Me quedo con mis arrugas, cuando las tenga pues. Los gordos se me han de ir cuando deje de comer pan de chocolate con macadamias, o cuando me regalen una caminadora. He dicho.

jueves, 25 de junio de 2009

Requiem por un amigo


Hace algunos años veía todos los días caminando por la playa a un señor que desde lejos se notaba que no era de por aquí. Medio calvo, super blanco y sonriente me saludaba alzando la mano.
Me contaron algunas historias de él. Gringo solitario más que soltero, medio artista medio loco. Compró la casa de la esquina y se encerró a escuchar el mar desde allí mientras encendía algo que no olía a cigarrillo. No debes acercarte, me decían, es extraño. De todas formas no me hubiera acercado, dos pitbull siempre lo acompañaban en sus paseos y alejaban a todo curioso.
Un día, no me acuerdo cómo ni por qué, nos invitó a su casa. No quise ir. Me negué rotundamente. Toño el curioso se moría de ganas de ir, y estaba decidido a hacerlo con o sin mí. Enseguida mi cabeza comenzó a divagar y me arme toda una historia que incluía sierras eléctricas y yo viuda joven criando sola a tres. Asi que me armé de valor, y un cuchillo de pan, y lo acompañé (en mi cabeza siempre tengo super poderes).
Cuando nos paramos frente a la casa, los perros se peleaban por ser el primero en comernos, así que buen pretexto para darme media vuelta y regresar por donde llegué. Cuando ya nos íbamos se asomó en el balcón nuestro anfitrión, y con un masticado español nos invitó a entrar. Los condenados perros a la orden del amo comenzaron a mover su minúscula cola, y a saltar tan alegres que el Firulais de los Rugrats se veía como un león hambriento.
Adentro de la casa me quedé impresionada. Era un espacio amplísimo, todo de madera, sin paredes, con cientos de adornos tan simples y sencillos pero tan bien cuidados y escogidos, que parecía una galería de arte moderno. Fue la única vez que entré en esa casa. Recuerdo claramente 4 piedras blancas perfectamente redondas en el piso de la entrada, y colocadas desde la más grande hasta la más pequeña (la más grande era enorme). El gringo me contó que las encontró, así en su estado natural, una por una en sus tantas caminatas por nuestras playas. Tenía también troncos de madera con formas raras y hermosas, lienzos con la técnica japonesa Gyotaku , que por cierto no tenía idea de lo que era hasta que él me lo explicó, y un cuadro que llamó mi atención porque pude sentir cierta energía mística con el. Luego me contó que él lo pintó en una época importante en su vida, nada más.
Entre conversación y conversación sacó del horno unas galletas que hizo, según nos dijo, con la receta secreta de su mamá. Las envolvió para que se las llevemos a nuestras hijas. Me dio miedo dárselas así que me las comí solita. Que vergüenza, no tenían nada malo.
Pasó el tiempo y las caminatas de mi nuevo amigo se hicieron muy esporádicas. Estaba muy enfermo y débil.
Un día me levanté a las 5:00 am asustada por unos gritos horribles. Era Marck que insultaba a todo pulmón y en inglés, al vecino que compartíamos. Unas horas después, había dibujado en una tabla gigante, una mano con el dedo de en medio levantado. Luego, entre disculpas hacia mi familia por el mal momento, me explicó que ya le había pedido al vecino que aleje de su ventana a los gallos que cantaban desde las 4:00 am. Le costaba muchísimo dormir, y cuando lo lograba, los gallos lo despertaban. El vecino, de malvado y enfermo, amarró los gallos directamente hacia la ventana del gringo, para que sigan con su atroz cántico.
Tuvimos meses de insultos entre lado y lado, hasta que un día Marck se cansó. Vendió su tan amada casa para no estar cerca del vecino loco y malvado que compartíamos.
Su salud empeoró. Creo que por no estar cerca del mar. Lo visité en su nuevo hogar algunas veces. Me enseñó fotos de unos 10 años atrás en las que se veía fuerte y musculoso. Allí descubrí que había sido un hombre de mar, pescador y aventurero. Y también me enteré de algo que no hubiera creído, tenía no más de 50 años… parecía un ancianito de 80.
Sospecho de algunas enfermedades que lo acompañaban, aunque nunca hablamos de eso.
Le perdí el rumbo cuando se cambió a otra casa más lejos del vecino pero más cerca del mar. Antes de irse, subió con dificultad los cuatro pisos de mi casa y se despidió. Llevaba en sus manos un regalo para mí: el cuadro. Me alegré y me sorprendí tanto. Me estaba dando con tanto cariño algo que sabía que me había gustado, y que significaba tanto para él.
Nos despedimos en ese momento. Prometí visitarlo en su nuevo hogar, y nunca lo hice.
Hace dos semanas murió. No me enteré sino hasta hace dos o tres días. Fue cremado, sus cenizas descansaron en el mar, y sobre ellas derramaron una cerveza ecuatoriana, todo como lo había pedido. No tenía familia, pero estuvieron algunos pocos amigos.
Tengo mucha pena de no haberlo visitado como lo prometí, y de no haber estado en su último adiós, pero me tranquiliza saber que ya no sufre. Ahora volvió a su mar, a sus aventuras, a sus caminatas en la playa y a encontrar sus tesoros. Yo tengo uno en mi sala y en mi corazón.

lunes, 22 de junio de 2009

Crepúsculo



Acabo de terminar de leer mi libro. Digo “mi libro” porque así me gusta decirle al que estoy leyendo en el momento, aunque sea prestado.
Se llama “Twilight” (Crepúsculo). Ya sé que hace rato salió la película y hay como 3 o 4 libros más de la saga, pero cayó en mis manos de casualidad cuando se lo prestaron a una de mis hijas, la cual no tenía la más mínima intención de leer sus 516 páginas, sin dibujitos, y encima en inglés. Asi que un poco por pena de verlo tirado agarrando polvo, y un poco por curiosidad, lo comencé a leer hace poco más de un mes y hoy lo terminé. Lo siento, tuve que leer más despacio, porque, repito, está en ingles.
Luego de leer algunas críticas nada favorables, me he puesto a pensar … no sé si me habrá traicionado el idioma y no lo entendí bien, o entusiasmada me reinventé al personaje vampiresco varonil y seductor, pero a mí el libro me encantó.
La verdad es que del 100% del libro entendí clarito el 70%, un 20% lo intuí, y al 10% restante simplemente no le paré bola. ¿Será por eso que me gustó tanto? Sigo sin ver la película, pero en el trailer salen unos personajes feisisísimos que nada que ver con el libro.
Según lo que leí, todos los miembros de la familia Cullen (los vampiros) eran espectacular y anormalmente hermosos. O sea que me imagino de papá a Brad Pitt, de mamá a Charlize Teron, y los hijos serían: David Beckham, Jude Law, Leonardo DiCaprio, Scarlett Johansson y Gisele Bündchen. Ese si es el elenco que todos esperaban, el que describe el libro.
Yo de la Stephenie Meyer los demando por no haber captado la idea. Mal hecho el casting, en algo tan importante no se debe escatimar en costos.
Ya voy a ver la película. Solo falta que los carrasos que me imagino terminen siendo un Fiat Uno y un mini Morris.
Si es así, seguiré leyendo nomas..y la próxima en francés a ver si termino escribiendo un best seller total.

miércoles, 17 de junio de 2009

Mi Feliz Cumpleaños


Hoy me desperté y ya tenía 37. Como pasa el tiempo!! Si parece que hasta ayer no más tenía 26 y entraba en esos lindos jeans.
Me paro frente al espejo y busco algún cambio notorio.
Peso más de las 115 libras que me gustan y que no hago nada por volver a tener. Mi 1,65 en plataformas está empezando a doler. Tengo 3 cicatrices: una en la frente y dos en el abdomen. Sigue estando en su sitio el hueco del piercing que me hice cuando era la Shakira ecuatoriana y me saqué cuando creía que estaba interfiriendo mis Chakras Mántricos. Mi tatuaje del dedo es hermoso, pero ya necesita un retoque. Se han detenido las canas. Parece que está dando resultado mi experimento de arrancarlas con la pinza de cejas apenas las veo venir... ojalá que no reaparezcan furiosas. La talla small no me reconoce, ha invadido mi segundo cajón la medium y una que otra large. Mi espalda se me parte cuando leo un capítulo entero acostada en la arena. Pienso en los ladrones y las culebras cuando me dan ganas de acampar. Mis hijas me enseñaron que Picnik es más fácil que Photobucket, y no necesito cuenta!!
Sí, hay cosas que han cambiado. Estoy creciendo. Lo mejor fue que:
Toñito me regaló el libro que quería. Ya aprendió cómo se llama mi escritor favorito. Patty me hizo mi torta favorita entre taladros, polvo y planas de pinocho. Cathy conoció mi faceta indecisa y mi aberración al rosado, y me sigue queriendo! Juandi me cantó un lindo Happy Birthday antes de irse al colegio. Todo el día recibí llamadas, mensajes y mucho cariño. Y definitivamente tengo más conocidos y menos amigos, pero los que han quedado son de los buenos!!

domingo, 14 de junio de 2009

el UP que pudo bajonearme


Es muy poco probable que una película me haga llorar. Peor si es de dibujitos animados.
Fui casi obligada a ver la película UP. No tenía ganas de verla porque la propaganda no me decía nada. Solo veía un viejito cascarrabias volando en su casa amarrada con globos de helio.
Pero tengo que confesarlo. Lloré más que con la canción que tocan en el funeral de Tom Hanks en Philadelphia.
Primero esa niña tan YO de chiquita: traviesa, machona, mandona, que cuando crece se casa con el amor de su vida. Pero se muere y lo deja solo y con el corazón partido!!! Primer llanto.
Luego, él sufre porque no pudo cumplir el sueño de ella de vivir en ese misterioso lugar, y para colmo, por una confusión que incluye SANGRE, se lo van a llevar a un asilo de ancianos. Segundo y profuso llanto.
Para rematar, cuando ya nos encariñamos con Kevin, el avechucho subnormal que resultó ser avechucha, se lo quiere comer una jauría de perros que incluyen los temidos rottweilers y doberman parlanchines, mientras el(a) tal Kevin lucha por alcanzar a su bebuchos. Tercer llanto.
Después, cuando se suponía que ya no deberíamos llorar porque habían escenas de acción tipo Air Force One, se le rompe en mil pedazos la alcancía donde ponían las moneditas para cumplir su sueño…y la foto de la esposa! Cuarto llanto.
Al final todo terminó con alegría y felicidad. Nacieron nuevas amistades, nuevas mascotas, nuevas actividades entretenidas entre un niño de 10 y un anciano de 80.
Nos dejó muy buenas lecciones la película. Salimos felices y amándonos más. Familia que llora unida, permanece unida.
Eso sí, mi rímel chorreado y Visina para Toñito y las Marías.

Como no ser feliz?


martes, 2 de junio de 2009

Salinas, una razón para vivir


Vivo en un pueblo llamado Salinas. Me encantó hace casi 11 años la idea de vivir aquí. Aunque fue difícil la búsqueda lo logré, y pronto estuvimos desayunando frente al mar. Así, luego de algunos cambios de departamento por fin pudimos comprarnos uno de donde, como siempre digo, solo saldré hecha cenizas, y espero que no sea pronto.
Pero que es lo que me gusta tanto de vivir aquí?... Amo despertarme y dormirme con el sonido del mar. Acostarme en mi hamaca y ver las gaviotas y otros pájaros - que no sé como se llaman- volar tan cerca que mi gata cree que puede cogerlos. Amo cualquier día de la semana poder acampar, ver artesanías en Montañita, comer arroz con camarones en Olón en la cabaña Lolita, recoger piedras con formas y colores raros en Las Núñez, comer tartaletas en La Entrada donde Benito, visitar a mi amiga Tania en Samai, que mis hijas puedan hacer los deberes en la playa de la FAE, intentar con ellas salvar tortugas varadas, ver a Toñito surfear, y que hayamos aprendido a cuidar y amar la naturaleza.
Cualquier prospecto de suicida encontraría aquí su razón de vivir.
Todo esto tendré pronto que sacrificarlo. Necesito salir corriendo de aquí.
Como dije antes, vivo en un pueblo. No hay un teatro, ni exposiciones, ni un conservatorio. En cambio hay bastantes discotecas y vida social en temporada. Pero sigue siendo un pueblo.
Y como todo pueblo, alguien tiene que ser el tema de la semana o del mes. Y cuando no hay de qué o quién hablar, se inventan una historia fantástica, y aunque se oye tan falsa y sin creatividad, se la creen. Esa es su razón de vivir.
Hay mucha mujer vaga y superficial, mucho marido infiel y alcohólico, muchos hijos silvestres y confundidos.
Muchos temas del mes harían sonrojar al Marqués de Sade: cachos entre mejores amigos, cruce de parejas, profesores abusivos, uno acusado de violación, una madre que se arrepintió de presentar cargos, madres que no le creen a sus hijos, hijos que no le creen a sus padres, un niño de 5 años que se salta el muro del colegio y llega a su casa con el primer carro que le dio el aventón, mujeres peninsulares que hablan como venezolanas, y club de fans que se quieren parecer a su líder pero no les sale y se ven más ordinarias. Todo mientras los maridos disfrutan la sencillez de la primera nativa que se les cruza por delante, porque sus esposas citadinas no tienen tiempo ni para conversar entre tanto café y ladies night.
Y ahora el tema de la semana que será la comidilla del pueblo es que mi familia “ tienen gripe porcina”.
Como madre y ciudadana responsable, al primer síntoma nos hicimos todos los exámenes,y ahora con los resultados negativos, puedo estar tranquila.
Pero eso no le importa al pueblo.
Bastó un vago (plenamente identificado) que con tiempo y odio de sobra, hiciera una llamada propagando el chisme más rápido que la peste, para que todo el pueblo nos mire con terror.
Pronto tendrá que haber algún recién nacido que no se parezca al padre para que cambie el tema del momento.
Así que mientras tanto, haré una ampliación al 700% del informe del Instituto Nacional de Higiene y Medicina Tropical “Dr. Leopoldo Izquieta Perez” y lo pegaré en la cartelera del colegio y en cada poste mal parqueado que encuentre. Todo mientras le toso a la fuerza a cada tonto para que hablen con ganas.

lunes, 1 de junio de 2009

De como nos convertimos en porcinos


El miércoles al medio día la regresaron del colegio a la Cristi porque tenía 38 de fiebre.
Llegó a la casa y se acostó a ver icarly.
A la hora de costumbre se comió un plato de arroz con puré y pescado. Buena señal, mi abuela decía que enfermo que come no muere.
En la noche Toñito le preparó un omelette que no estuvo ni un minuto en el plato. Seguían las buenas señales.
Ayer en la mañana amaneció con dolor de garganta y de oído.
Todo eso mas el chisme que se corrió en el colegio sobre que un amigo con el que estuvimos hace poco tiene el virus de "la gripe porcina", y que recién llegamos de viaje en donde ya han habido algunos casos, hizo que nos enviaran, en contra de la voluntad de todos menos de la mía, al Hospital de Infectología en Guayaquil.
Primero fue la entrevista con la pediatra, y luego de decirle que estuvimos en Perú y con un amigo que tiene el virus la cosa se alteró.
La chequearon 3 médicos, y aunque no le encontraron NADA aparte de una otitis (de tanto mar) que seguramente fue la causa de la fiebre, la enviaron a tomarse muestras de sangre.
Asi que compañé a la Cristi a sacarse la sangre (tramite que no me agrada nada porque sufro de hematofóbia crónica ).
Hice la fila después de que sellaron con un número la orden, así como en el delicatessen.
Yo seguía según el número, pero adelante mío ya había más de 20 personas con sus órdenes sin sellar.
Cuando la enfermera Elvita abrió la puerta con su cara de matona a sueldo yo me puse primera con la orden SELLADA como bandera diciendo “A mí me toca”.
Ante el desconcierto y posterior reclamo airado del resto de la fila, la enfermera Elvita se me cargó, y a 5 cms. de mi mascarilla emitió un sonido salido desde el fondo de su frustrado cuerpo que sonó algo así como: “Yo pongo el orden aquí”.
Le contesté con un no menos macabro “Sí pero a mí me toca”, sin moverme ni un milímetro de la fila.
Luego de revisar cada orden y ver que nadie la había sellado, solo yo (jajajaJÁ), no le quedó otra que hacerme pasar, y yo no perdí la maravillosa oportunidad de decirle mil veces con un movimiento de hombros y cabeza típico de la niña peleona de 12 años que llevo dentro: “Le dije, ¡já!”.
En esta parte debo aclarar que no me dejó entrar, solo a la Cristi, aunque le dije que mi hija solo tenía 10 años y atravesé mi pie en la puerta y casi me lo fractura. Que picada Elvita la Brujita!!
Luego de media hora de espera tuvimos el resultado de sangre que dio NEGATIVO. Pero aún así, como el show ya estaba montado, incluyendo a todo el directorio del hospital con el subdirector y el director encabezándolo, insistieron en hacerle otra prueba que, según palabras de la Cristi, incluía un hisopo que “me lo metieron por la nariz hasta el cerebro”.
La peor parte llegó cuando con voz solemne a través de la mascarilla, el director del hospital nos dice que la Cristi y yo TENIAMOS que quedarnos en el hospital hasta que esté listo el resultado….en 2 o 3 días.
Toño y las bebes me miraron con ojos que resaltaban más con la mascarilla y clarito escuché en mi cerebro que me decían “Te dije que no tenemos nada, para qué nos hiciste venir… MALA”.

De algo sirvió ser nieta, hija y sobrina de médicos, así que unas cuantas llamadas convencieron a todos que: 1. Hace más de 10 días que estuvimos en Perú; 2. Ninguno de nosotros tiene NINGUN síntoma. 3. La fiebre del día anterior de la Cristi se dio por la otitis que tampoco es síntoma del virus; 4. El examen dio negativo; 5. No vivimos en Guayaquil y no llevamos nada para quedarnos; y 6. Aceptamos el encierro domiciliario.
Así que ciudadanía en general, estamos en casa hasta que el sábado tengamos los resultados.
Mis hijas siguen saltando, brincando, bailando y volviéndome loca, la diferencia es que ahora no es en 1.000 metros de playa sino en 120 de departamento.

Por poner la sotana al sol

Mi mami está en shock, ella y otra decena de septuagenarias de su grupo de los jueves.
Su amado padre Alberto ahora es el cura de mierda ese. La pobre no lo puede creer. Ella es un alma ingenua e impoluta de la década del 40.
Cuando Jimmy Swaggart, el famoso predicador del Club 700, fue pescado infraganti con damas de reconocida reputación (todos las reconocieron), a mi mami no le sorprendió. Siempre le vio cara de pervertido al cínico ése (palabras textuales).
Es que a más del sexto sentido que Goyita siempre ha tenido para todo lo que a Ella se le ocurra, pesa más que el hermano Swaggart no era católico, entonces puede esperarse cualquier cosa de alguien de esas seudo religiones paganas y alejadas de la única y verdadera (palabras textuales).
Luego Lugo, valga el juego de palabras. Aquí el sexto sentido no le saltó a Goyita por la religión, ya que Monseñor Lugo era hasta Obispo Emérito de San Pedro. El problema es que éste barbón desaliñado era candidato de izquierda, algo que raya en el pecado.
Nunca vio con buenos ojos nada que sonara al Ché. De nada sirvió que la llevara a ver “Diarios de Motocicleta”, ahora se la tiene jurada también a Gael García Bernal.
Todo puede ser, pero ¿el Padre Alberto????...este chico tan guapo, sobre todo, que toda madre sueña para su hija, claro si no fuera curita... Es que habla tan lindo!! No nos perdemos ni uno solo de sus programas!!... decían las amigas de Goyita.
Bueno, como buen católico y cristiano arrepentido ya pidió perdón, pero muchos no lo perdonarán ni en esta vida ni en la otra. Cada quien tendrá su piedra que tirar, y para algunos como Jaime Bayly lo que NUNCA le perdonará es que haya sido esa chica y no él con quien se revolcara en la playa.
Que le queda ahora al pobre Alberto? Se quedó sin parroquia, sin programa y sin admiradoras septuagenarias de los jueves por la tarde. Ojalá que no se le ocurra llamar a Bayly.

Nuestra Aventura en Baños, Tungurahua


Nuestro segundo día en Baños decidimos irnos a hacer rafting en los rápidos del río Pastaza, como estábamos con las niñas fuimos al nivel 3 que es apto para cardiacos e ideal para gritonas como yo.
A la hora acordada nos fue a ver al hotel un señor de unos 80 años en una furgoneta con la que posiblemente aprendió a manejar en su adolescencia… Me encantó el único parlante de la radio que a duras penas entraba en el asiento de atrás de lo gigantesco que era…
La primera parada fue en la oficina donde contratamos el paseo. Firmamos la última de algunas páginas donde alcancé a leer a lo rápido y en letras 0,8 algo así como: ..no es culpa.., lesiones.., robo.., muerte..., etc. Y antes de que me arrepienta ya me apuró la tribu para que firme.
Buehh, ya estábamos allí no les iba a aguar el viajecito.
Nos dieron a cada uno el equipo completo: wetsuit, casco, chaleco salvavidas, y unos Venus negros que les encantaron a mis hijas.. quién diría.
El pago era anticipado, pero luego de 10 minutos lo convencí al encargado de aceptar el 50%... no puedo evitar SIEMPRE regatear y NUNCA pagar por anticipado lo que no he recibido aún.
Y entramos a la furgoneta. El ancianito que nos llevaba, Don Guido, resultó ser de lo más simpático.
Salimos de la ciudad y comenzó la aventura por la carretera Baños-Puyo. Fueron 45 minutos de TERROR. Resulta que Don Guido fue por 40 años chofer de la Cooperativa de Buses Baños, nada diferente a las CLP. ¡¡Por Dios al viejito no había quien le levante el pie del acelerador!!.
Lo peor era preguntarle por donde íbamos o donde estaba el famoso volcán Tungurahua, porque sin reparo ni apuro despegaba los ojos del camino y se volteaba para señalar los lugares. Solo nuestros gritos, el pito de los carros contrarios o el filo del abismo lo hacían regresar a la vía. Luego nos pareció divertido y a propósito le preguntábamos cosas... mis hijas se pusieron los cascos por si acaso.
Por fin llegamos a una cabañita donde vivía un señor de unos 100 años muy sonriente y amable, aunque nunca le escuché la voz ni lo vi moverse...pensándolo bien no sé si estaba vivo.
Nos cambiamos de ropa y comenzó la travesía por el río. Fue lo mejor!! Increíble!!!. Don Guido nos tomó fotos que nos recordaran siempre lo increíble que se pasa con la familia!!!.
De regreso al hotel nuestro pintoresco chofer-fotógrafo-amigo nos hizo reír con lo mejor de su colección de chistes.
Ya estamos planeando otro viaje a Baños, y seguro que buscaremos de nuevo al gran Don Guido, eso sí, mejor manejo yo.

La Venganza del Payaso


No me acuerdo haber ido al circo cuando era chiquita… tal vez me traicione la memoria, no sé.
Me acuerdo en cambio que era fanática del circo español, ese que daban por la tele, con Milikito y su pareja, que según mi ñaño eran gays.
En todo caso, cuando ya crecí y pude ir por mis propios medios al circo, me divertí tanto pero tanto, que mi sueño era quedarme a vivir en uno. Lástima que no soy Estefania de Mónaco para hacer cualquier gracia que me festejen, así que pronto cambié de opinión.

El primer circo al que fui desde que vivo en Salinas promocionaba con bombos y platillos “a los famosos, a los mejores de Sudamérica: KILITO Y EL CHUPAHUESOS”, así que motivada por mi amor al circo arrastré a toda la tribu.

No puedo explicar como me divertí! Me reí sin parar, pero tanto, tanto, que la gente me miraba y pensaba que me habían contratado como parte del show para contagiar la risa.

Pero, como sucede hasta en las mejores familias, esta singular pareja al cabo algunos años de fama y dinero, se terminaron separando.

Los siguientes años fui fielmente a verlos por separado, primero iba a la carpa de Kilito, y luego volaba a la otra a ver al Chupahuesos. Y el ritual siguió así por mucho tiempo, riéndome hasta mas no poder.
Por cierto, he obviado una parte: siempre me sacan al escenario para ayudarlos a hacer cualquier payasada, desde bailar "y nos fuimos pa´bajo" hasta vendarme los ojos y hacer que le agarre la mano a un gigante de 2,20 mtrs., y yo con mis 1.60 en plataformas parecía una verdadera enana. Y yo feliz con la burla!!

Pero los siguientes años las cosas cambiaron. Fuimos a ver a Kilito, más gordo que cuando estaba ya bastante gordo, pero todo un empresario de saco y corbata!. Ya no actuaba, eso se lo dejó a sus hijos, él solo cobraba en la taquilla y ordenaba los ajustes en los actos. El show estuvo bien, pero no tanto. Me reí, pero no hasta las lágrimas…será que estoy creciendo??

Ayer le tocó hacernos reír al Chupahuesos. Como siempre, estuvimos en primera fila esperando el gran momento. Salió mi tan esperado payaso tan simpático como siempre, y yo con una emoción peor que enamorada.

No sé si la magia se acabó cuando lo reconocí o con el primer chiste patán. Primero lo primero: detrás del maquillaje, la nariz y la peluca, había alguien que se me hacía conocido, y no era el hecho de haberlo visto 15 veces en mi vida, porque juro que veo a Tico Tico en la calle sin maquillaje y no tengo ni idea.
Me dí cuenta en el instante en que el Chupahuesos se sacó la nariz para cantar imitando a uno de los Fernández:  Era el boletero! ese que 1 hora antes había puteado por quererme cobrar el triple que a los demás….me quería morir!! Ya mi Chupahuesos nunca sería el mismo, ni yo tampoco….no tuve mis minutos para hacer reír al público porque no me sacó al escenario por mas que me paraba en la silla alzando la mano, ni siquiera me sonrió….lo había puteado!!!

Su desquite fue coger a cargo a mi amado Toñito después de vestirse como Laura en América, durante todo el show, y entre carcajadas del público decir que cuando no estoy, ellos dos se divierten poniéndome los cachos, y así chiste va chiste viene, me quedé como la cachuda de oro de la noche... eso no me hizo la mínima gracia, los cachos nunca son un chiste.

Salí un poco decepcionada y bastante cansada, era casi la 1 de la mañana… volveré? Creo que no…se le pasó la mano con la guasada , y viéndolo bien, sin maquillaje me da miedo.

Esos Inigualables Vecinos que tengo


El creador de Desperate Housewives tiene mucho éxito entregándonos este culebrón tan divertido lleno de vecinos raros, psicópatas, infieles, asesinos, alcoholicos, etc. etc.
Quienes somos fieles seguidores de la serie esperamos con ansias la quinta temporada para divertirnos un poco con estas exageraciones….dije exageraciones??... Seamos sinceros, quien es un vecino normal?? Creemos que nosotros, pero pregúntale a tu vecino a ver qué opina.
Reporte del día: 7 am, un borracho trigueño, delgado, camisa a cuadros, tirado en la mitad de la calle. Creímos que estaba muerto, pero luego de pisar el acelerador en su oído nos dimos cuenta de que solo estaba chuchaqui.
No sé si fue por obra y gracia de un buen samaritano - ninguno de mi tribu- o solito atinó a caerse justo sobre una camita de hojas secas en el camino que va a mi casa, bajo la sombra de arboles tan gigantes que me tapan del sol del medio día.
El borrachín se quedó así hasta que a las 20H30 desapareció, no sé si despertado por el orine de algún mono, el picotazo de alguna gallina de guinea, el gruñido del manso gran danés scooby reclamando su territorio, o la escoba de la mujer, en caso que tuviera....
Bueno, la verdad es que estoy bastante acostumbrada a estas escenas pintorescas. Una bastante interesante fue la que nos hizo vivir mi vecino Jeff, el gringo loco sesentón.
Toda la semana estuvimos levantándonos a las 5:30 am con lo mejor de su colección en acetato de rock clásico...maestro.
Estaba tan bacán la musiquita, soy sincera, que no me atreví a pedirle que le baje el volumen, al fin y al cabo estaba mucho mejor que la música de mis pobres vecinos del otro lado que solo escuchan bachatas, chicheras y esas cosas corta venas.
Todo iba viento en popa, educando a mi tribu acerca de los clásicos del rock, hasta que mi otro vecino que no es gringo pero que esta tan o más loco, fue con un patrullero a hacerlo callar.
Entre fucks y mierdas, el uno acusando al otro de cocainómano y heroinómano, se fue la cultura musical pal carajo.
Cuando se fue el patrullero, una vez más sin solucionar nada (como Maritere), el gringo loco sesentón se quedó hasta el día siguiente parado en el balcón vestido completamente de G.I. joe, camuflado de pies a cabeza, con los brazos cruzados en el pecho, y mirando alrededor a su ejército imaginario con aire de victoria....que viaje.
Creo que me veo bastante cuerda viviendo aquí. Es por todo esto y el mar, que amo mi vida este extraño lugar.