viernes, 27 de diciembre de 2013

Una llamada no tan equivocada


Jueves 7:30 am suena mi celular. Una voz amable de una señora sesentona dijo mi nombre, y cuando dije “ Sí, soy yo, quién habla? ”, la amable señora sesentona se volvió una real bestia insultadora. Entre los muchos epítetos que me dijo, hubo uno en particular que estoy segura no merezco y despertó mi curiosidad detectivesca. Mi reacción fue hacerle creer que no la escuchaba con unos Aló Aló Aló?? Mientras ella repetía la descarga, hasta que cerré el teléfono.

Enseguida volé a guardar el número para verlo por WhatsApp, y contrario a lo que me dijeron - entre risas burlescas- mis adolescentes hijas: “Obvio que es un número cualquiera” “Ni siquiera debe tener aplicaciones ni nada”, allí estaba, con foto y todo. Pero la foto no era de una señora sesentona, sino de dos niños con la cara medio tapada con sus gorras. Opción 1: los nietos, Opción 2: foto trucha bajada de la web.

Me quedé con la pica, porque no era un número equivocado, esa persona dijo mi nombre!

No seguiré explicando mis métodos de búsqueda, porque nunca hay que revelarse por completo al enemigo, solo diré que mi opción 1 era la correcta, y que en menos de 10 minutos di con la persona en cuestión.

Tenía frente a mí el nombre de la persona a la que estaba registrada la línea, y no lo podía creer. Se trataba de un conocido y prestigioso abogado, un hombre bastante mayor al que consulté alguna vez, y recordaba como un caballero. Averigüé además que no le habían robado el teléfono, no lo había vendido ni prestado, y que incluso lo cargaba en ese momento.

Entonces la película empezaba a tomar forma: La esposa de este señor lo había pescado en roja, y muy seguramente empezó a aplastar uno por uno los números del directorio, de pronto apareció mi nombre que no le sonaba para nada, y pensó: “Esta es la zorra con la que mi marido se revuelca, y de ley ha guardado el número con otro nombre para despistarme” (yo pensaría así). Pero esto era solo una teoría, mi teoría, y decidí salir de dudas a ver si sirvo para detective.

La llamé un par de veces y no me contestó, así que le escribí ofendida por sus insultos, diciéndole que era una vergüenza lo que había hecho, que seguramente ya se dio cuenta que yo no era quien ella creyó, y que en cambio yo ya sabía quién era ella y su infiel esposo, mientras le dejaba claro que por lo menos me merecía una disculpa por tamaña puteada tan temprano en la mañana.

Pensé que allí acabó todo, hasta que horas más tarde me contestó grosera y amenazante, despertando de nuevo a la bestia dormida.

Entre insultos van insultos vienen, amenazas, imágenes sacadas de su Facebook para dejarle claro que yo sabía perfectamente quien era, y ella contestando irónicamente el miedo que le daba, terminamos de la única manera como podíamos terminar: siendo amigas.

Mi teoría era correcta, el marido setentón resultó no ser tan intachable, y guapetón como es se levantó a una tipilla algunas décadas menor, más por la plata que por la pinta, y allí estaba la esposa, con escasos conocimientos en informática y sin el canal ID tan útil en estos casos, haciendo lo único que se le ocurrió, putearme por no hacérsele conocido mi nombre.

Y es que esa loca sesentona se encontró con esta loca cuarentona de similares alcances, tanto así que me dieron ganas de darle un par de consejitos de esposa sicópata, pero no quise ahondar más en su ego dolido.  

Así terminó esa extraña llamada, despidiéndonos en paz y con un abrazo a la distancia, y por loco que parezca, a mí me quedó la sensación de “volver al futuro” encontrándome conmigo misma, en una hipotética situación, con algunas cuantas décadas de por medio.

martes, 24 de diciembre de 2013

Por qué no creo en La Navidad


Ya por el mes de Septiembre más o menos, me doy cuenta que el año se fue volando y que pronto es Navidad. Esto en lugar de alegrarme me deprime, por el tráfico, el gasto, la pelea por dónde pasar tan lindo día, y las pocas ganas que tengo de ver a gente que cree que ese día debo querer verlos.

Y es que gracias a que la religión católica decidió celebrar el cumpleaños de Jesús en esa fecha, y siendo la mayoría de mis conocidos católicos apostólicos y romanos, en Diciembre se llenan de un “espíritu navideño” desbordante, digno de la familia Flanders. Y en este punto es donde me pregunto, si Jesús nace el 24 en sus corazones, en que órgano pasa la adolescencia y sus 33 años de vida??

Veamos, por qué carajo la gente cree que el 24 debe ser amable y los otros 364 días del año está bien ser unos perfectos imbéciles?

- No creo en el vecino que pone lucesitas con música navideña en el pino de su patio, mientras que todo el año parquea el carro al frente de su casa solo por joder al otro vecino con el que tiene pito.

- No creo en la prima que se viste de ayudante de Santa y saca en bandejas de plata el pavito recién horneado, lo pone sobre el mantel brillante engalanado con la más fina vajilla, rodeada de su hermosa familia sonriente para la foto de postal, mientras que todo el año deja a sus hijos almorzando solos porque le fastidian las conversaciones infantiles, los derrames en el mantel y se le pasa la novela que la hace soñar estar en brazos de otro.

- No creo en el chat del colegio, en donde las madres dejan empalagosos mensajes sacados de Google o de algún versículo que jamás entendieron bien, mientras que todo el año son incapaces de devolver un saludo amable, ceder el paso en la fila, o simplemente sonreír.

- No creo en los parientes que esperan que este día la familia pase unida, mientras que todo el año construyen barreras de envidia, críticas no constructivas y egoísmo.

- No creo en los amigos de antaño que cuelgan imágenes y frases en sus múltiples redes sociales, mientras que todo el año han ignorado las preocupaciones, alegrías o miedos de sus contactos, aun cuando se enteran perfectamente de lo que les pasa, precisamente gracias a sus redes sociales.

Así que no creo en la Navidad al igual que no creo en las fiestas de graduación, los matrimonios pomposos, ni las fotos familiares hechas en estudio. 

Por eso, así como dice la canción: "... I Just believe in me, Yoko and me..", solo creo en mi tribu y en mí, porque es mejor emular a Lennon que al estúpido Flanders.

viernes, 18 de octubre de 2013

La edad de las aceitunas

Una de mis teorías es que te das cuenta que estás haciéndote adulto (envejeciendo es muy rudo) cuando empiezas a comer cosas que antes odiabas.  Veamos, ¿a qué niño le gusta el pimiento, los champiñones, la langosta, el jugo de tomate de árbol y una eterna lista de vegetales y frutas exóticas? A ninguno, no señor! Pero cuando crecemos, somos bien capaces de pedir unos anticuchos con salsa a la huancaína, totalmente conscientes de que estamos pagando por unos pedazos de corazón en salsa picante.
Entonces, he clasificado las comidas por edades, y aunque aún no llego al vergonzoso momento de preguntarme si no me hará daño comer chocolate a estas horas, o si la torta borracha tendrá mucho licor, debo reconocer que ahora me arriesgo a probar comidas nuevas, un claro síntoma de la adultez.  
Mi edad actual es de las aceitunas en la pizza como ingrediente extra.
Y como siempre se aprende algo nuevo en esta vida, gracias a este ingrediente que odiaba de niña, me tocó descubrir que hay gente que hace pizzas con aceitunas con pepa. Terrible no? Y si ud. querido lector, es de los que piensa que soy demasiado quejona (que sí puede ser también), le pido que haga un viaje mental a un agradable restaurante, en una playa del océano pacífico, con su linda y hambrienta familia. Ahora esperen de pie 15 minutos a que los de la mesa que ya terminó de comer, terminen de conversar. Una vez sentados, esperen otros 20 minutos a que uno de los 6 meseros le limpie la mesa. Cuando por fin le limpian la mesa, el mesero les pide que se muden a la mesa sucia de alado, porque la que acaban de limpiar es para 6 personas y ustedes son solo 5. Recuerde que es una agradable velada familiar, asi que cero estrés. Se sientan en la nueva mesa, y solo hay 4 puestos, así que le tocó quedarse parado otros 10 minutos hasta que le consigan silla. Y aquí pregunta en voz alta "Y será que nos vamos a otro lado?", a lo que el personal familiar le contesta un NO al unísono, porque ya han esperado 45 minutos y qué es lo peor que puede pasar.

Ajá! Llegado a este punto, sigo con mi relato en primera persona.
Se acerca el mesero pidiendo disculpas por la demora y nos ofrece la carta. Nosotros le ofrecemos disculparlo si no se va mientras nos decidimos, así que de una vez se lleva nuestro pedido de una pizza familiar extra queso y una familiar extra aceitunas.

Luego de 40 minutos más, por fin llega nuestro pedido, y con él la duda razonable: Pedí aceitunas? Luego de confirmar que efectivamente me cobraron el ingrediente extra invisible, llamo al mesero. Se vuelve a disculpar y se lleva la pizza para regresarla con 3 aceitunas lanzadas al descuido. Mi cara le hace disculparse de nuevo y explicar que se le acabaron las aceitunas. Ok, demasiada hambre para discutir, comamos!

Y allí es cuando descubro dolorosamente que disque es normal que en Argentina te pongan en la pizza aceitunas con pepa, que no les importa si te atoras, y que si no te gusta te puedes ir porque hay harto comensal esperando sentarse en tu mesa.
El argentino dueño de la pizzería, los meseros, comensales y casi todo el pueblo, descubrieron que se toparon con la persona equivocada para esa filosofía barata. 
Luego de algunos años de este anecdótico incidente, de casualidad volví a encontrarme con este argentino, en un inusual viaje poco agradable y lleno de complicaciones. Entre miradas esquivas y te saludo o me hago la loca, terminamos riendo de aquel día en el que casi se me quiebra la muela en su pizzería, y luego de compartir un par de relatos sobre lo que hacíamos en ese país que no era el suyo ni el mío, llegamos a la conclusión que indudablemente Toda aceituna tiene su pepa.

miércoles, 26 de junio de 2013

Los tesoros de Michelle

Saliendo de Playa Jiquiliste por aquel camino tortuoso, y a unos 40 kms de Managua, hay un pueblo llamado Catarina, allí encontramos un restaurante y locales de venta de artesanías.

Algún recuerdito típico de Nicaragua debía llevarme, asi que la parada técnica incluyó curiosear un poco y descubrir a un hombre sencillo con un enorme talento.


















El es Erwin Ocampo, nunca recibió educación formal y todo lo que hace lo aprendió de sus padres y abuelos.

Entre los colores brillantes y formas infinitas, vi a una pequeñita que se escondía detrás de su papá, sin soltar un chanchito de orejas rotas. Es Michelle, la menor de 8 hijos, y entre risas sus padres me dicen que esperan que sea la última.


Michelle tiene dos años, y su día se alegra cuando sus papás la alistan y la suben a la moto para recorrer más de una hora y llegar a su lugar de trabajo, en donde pasan juntos hasta anochecer. 

Luego de algunos intentos fallidos de acercamiento, logré que me enseñara sus juguetes, adornos que en alguna travesura rompió, y ahora los cuida con recelo. 

Mientras su papá se esmera en sacarle brillo a todas las artesanías para convencerme de llevar mas de una, Michelle se sienta a envolver su querido chanchito, así como los ha visto hacer cientos de veces a sus papás.


Es como si supiera que eso significa que comerán mejor, tal vez se compren algo de ropa, o simplemente hagan mas creaciones, lo que sea que la mantenga pegada a ellos la hace feliz. 

Al final esta pequeñita dejó su timidez a un lado y me llevó a conocer sus pinturas, con las que empieza a pintar la gallinita que rompió. Le enseño mi cámara y sus fotos, y por fin me sonríe por primera vez.


Me despedí llevando conmigo algunas de las creaciones de este talentoso artesano, y al llegar a la casa y sacarlas con cuidado, encuentro mal envuelto en periódico adentro de una vasija, un jarroncito con el dibujo de un colibrí. Fue el regalo que me dio la pequeña Michelle, tal vez por hacerla sonreír.


Otro tesoro para mi colección.



Personajes vol. 1 - Cristina y sus pasiones

Te ofrecen dos opciones: un viaje por 12 días recorriendo tres países de Europa, o por el mismo valor, quedarte en una playa en un pueblo recóndito de Nicaragua:
a. Europa
b. Nicaragua porque eres masoquista
c. ninguna

Bueno, elegí la B, y no por masoquista sino por buena madre, que vendría a ser lo mismo después de todo.

Ante la muy remota posibilidad de que algún nica llegue a leer esto, debo aclarar que no tengo nada en contra de su país, menos de su amable gente, mas bien mis horrendos días allá fueron gracias a mis propios compatriotas y un brasilero de mala muerte, pero esa es otra historia.

Ya instalada, y sabiendo que me costaría más caro regresar que quedarme, decidí sacarle provecho a esos 500 metros de playa y dedicarme a sacar fotos y descubrir historias.

Así fue que conocí a la primera protagonista de este Nica-Café.

Ella es Cristina, una española aventurera que llegó a Nicaragüa de paso y se quedó atrapada por la sonrisa cálida de los niños a los que les enseña con títeres a leer, y del hombre que aprendió también gracias a ella. 
  
                                             
                 


Vivió en un circo de México yendo tras su hija quien necesitaba sentir y vivir la misma libertad de su madre. Allí, luego de algunos meses de extrañas situaciones y graves abusos, entendió que el mal llamado circo era en realidad una especie de secta orquestada por un frustrado aprendiz del Cirque du soleil que tenía embrutecidos a todos, y antes que su hija acabara como una jovencita suicida, se la llevó corriendo de allí.

El pueblo de Nicaragüa que eligió es muy pobre y no se va por pena y amor, mala mezcla. Sobrevive vendiendo sus hermosas creaciones a los pocos turistas de la zona, y así fue como nos conocimos y compartimos cafés e historias. 

Ver su cara iluminada y su sonrisa enorme mientras me cuenta de sus pequeños alumnos, me trasladó a esos años en los que yo también sentía lo mismo enseñando con mis títeres y las obras de teatro, y entendí por qué no se iba de allí, aunque la comuna no le diera ni hogar ni alimentación a cambio de su entrega y paciencia gratuita. Por eso le di el consejo de mi amigo Hans: "el voluntariado no es sostenible, no te sientas culpable por dejar esto atrás, hay mucho más de lo que te imaginas por delante".

Al final nos despedimos con un abrazo, un cruce de mails y promesas de intercambiar ideas y cuentos para sus niños. 

Mientras escribo esto, ella deberá estar emprendiendo su viaje a México, en donde acompañará a su hija en el nacimiento de su bebé, su primera nieta y muy seguramente otra talentosa aventurera.

Me llevo de recuerdo sus fotos haciendo una de sus pasiones, sus historias compartidas, y un regalo que me hizo por mi cumpleaños, un anillo tejido en forma de infinito alrededor de una obsidiana negra, lo que significó para mi mucho más de lo que representa: poder, justicia y buena suerte.





lunes, 1 de abril de 2013

Más peligroso que un tiburón


Este último feriado de Semana Santa fue disfrutado como todos los años por miles de turistas en las costas de nuestro país. Pero igual que todos los años, existen personas irresponsables, que se olvidan de lo que es vivir en comunidad, poniendo en riesgo a todo el que desgraciadamente se tope con ellos.

El sábado en Punta Carnero, unos 20 surfistas y bodyboarders disfrutaban de las olas, mientras las familias se bañaban con sus hijos hasta donde les daba la cintura. De repente la diversión de todos se cortó gracias a un atorrante que decidió utilizar el área de bañistas como escenario para su película imaginaria, en la que era el protagonista de hazañas a toda velocidad en una moto de agua.

Luego de varios minutos de verlo dar vueltas de ladrón y elevarse contra las olas, espantando a los niños ante las miradas incrédulas de los padres, me acerqué a un salvavidas que estaba en el lugar, y le comenté mi preocupación. 

El hombre me contó que el irresponsable individuo llevaba horas haciendo lo mismo, y cuando se le acercó a pedirle que se detuviera e intentar explicarle el peligro de su tontería, lo mandó a volar. Ante esto, llamó pidiendo apoyo a la marina, y cuando llegaron, el desubicado volvió a entrar al mar a toda velocidad, esta vez con dos amigotes más que le festejaron su gastado show.

Le pregunté por qué no lo detenían y su respuesta fue: “son hijos de papá”. 

Bueno, todos somos hijos de algún padre y madre. Algunos presentes, otros ausentes, algunos con valores y costumbres ejemplares, otros con malas mañas y peores acciones. También hay los hijos que hacen quedar mal a los padres, siendo unos completos imbéciles alejados de todo lo que aprendieron, por esa extraña mala jugada del destino llamada: genes, y por allí salta el aporte del abuelo loco, la tía floja, o el tatarabuelo de la madre que era un perfecto miserable.

En todo caso, tengan presente que, hasta en el paraíso llamado playa, estamos en peligro de encontrarnos con un inconsciente como el de las fotos que les dejo a continuación, amenazando con hacernos pasar una desgracia como la que vivió el cantante Usher el año pasado, cuando tuvo que enterrar a su hijo de 11 años luego de ser golpeado por un jet ski; o la tragedia que vive la familia de la chilena Daniela Robles de 18 años, quien murió hace dos meses por un golpe que sufrió en la cabeza al perder el control de su jet ski; o la pesadilla de los padres de Kenia Batista, quien fue encontrada flotando al día siguiente de desaparecer en el lago donde paseaba en su moto de agua, luego de ser embestida por otro aparato conducido temerariamente por un adolescente irresponsable.

Nadie desea vivir estas tragedias, ojalá todos hagamos algo al respecto.

Descripción de las fotos:

1.Para tener una idea de la velocidad a la que iba, comparen el tiempo que se demora un surfista en pararse en la ola (entre 1 y 3 segundos) con la distancia que ha recorrido el jetski. Luego, da una vuelta a toda velocidad para ir contra la ola en la que va el mismo surfista.



2. El salvavidas indignado luego de no recibir apoyo de las autoridades para detener al "hijito de papá" y sus secuaces. Luego de payasear otros minutos, los lerdos son embestidos por una ola que los manda de cabeza al agua. 
Se ve además lo cerca que están de la orilla y el reclamo de un surfista a punto de ser golpeado por la moto.



3. El lerdo mayor en acción, listo para ser identificado




jueves, 28 de marzo de 2013

Anécdotas en un bar



Debo confesar que no me gustan los bares, principalmente porque no bebo alcohol y cuando lo olvido lo pago con tremenda migraña. Tampoco le hago a las discotecas porque soy de bailar cualquier cosa con el pasito "take on me", al que mis hijas llaman "suicidio social". Pero en esta ocasión quisimos aceptar las múltiples invitaciones de nuestro amigo Mikel, y caímos en una discoteca-peña-bar-restaurant llamada "Sin".

La primera grata sorpresa de la noche, fue encontrarnos en el teclado con el buen amigo de la infancia de Toñito, el carismático y talentosísimo creador del "oh-oh-oh-oh-oh-oh-Ecuador!", David Cobo; en la bateria al maestro Willy Wong, y en la voz a una increíble cantante desconocida, que juraría que es la reencarnación de Janis Joplin. Una combinación perfecta, pero que solo fue el preámbulo de esta anécdota que estaba por cambiarnos la vida. 

A punto de terminar el show, le dije a David que toque "You may be right" de Billy Joel y lo animé (léase empujé) a Toñito al escenario para que la cante.

Pasado el primer minuto de desafine y nervios, se animó con los aplausos del público, los gritos de las fans (yo), y la alegría del momento, e interpretó la canción de maravilla, igualito como lo hace en el juego de American Idol y gana por puntaje mas alto, así!



Felices regresamos a nuestros asientos y nos sirvieron una ronda de cervezas cortesía de la casa.
De pronto me fijo en un señor que se levanta de la mesa de alado y camina despacio mirándonos y se va al baño. Regresa a los pocos minutos y en todo su recorrido nos mira y se acerca como dudando de hacerlo. Finalmente nos saluda en inglés y le dice a Toño que ha disfrutado mucho su interpretación y que permita felicitarlo. Toño sonríe agradecido y le dice que es la primera vez que canta en público y que espera no haberlo hecho tan mal.
El hombre lo escucha mientras intenta controlar los pucheros de su boca, hasta que finalmente no puede mas, y mientras se seca las lágrimas nos explica:

"Mi esposa y yo hemos viajado por horas en avión hasta acá. Estamos en Ecuador de casualidad, luego de un largo viaje terminando de cumplir una promesa que le hice a mi madre que falleció hace 10 días. Me pidió que recorra la tierra argentina de sus antepasados, y es lo que he hecho. Esto ha sido durísimo para mi, y es una página del libro que no podía cerrar.... hasta hoy. Mi madre amaba la canción que acabas de cantar, y mi recuerdo mas claro de ella es manejando en la carretera, con la radio sonando "you may be right", y los dos cantándola a todo pulmón. De pronto la vuelvo a escuchar y pienso: Gracias Dios, gracias madre".

Pasó de pronto un ángel, y la María mayor, Toñito y yo nos miramos como preguntándonos mutuamente "entendimos bien o nuestro inglés nos está traicionado?" mientras las lágrimas de agradecimiento y tristeza de este hombre nos hicieron levantarnos y abrazarlo, así sin mas.

Luego de digerir todo lo que había pasado, se sentó con una copa de vino, y nos pidió que ahora le contemos nuestra historia. Empezamos con la interesante forma en que nos conocimos, y continuamos con el deporte que amamos, las chicas menores que compiten, la María mayor que dejó el surf para siempre cuando a los 15 años una ola la mantuvo demasiados minutos bajo del agua, y bla bla bla, cuando de pronto vemos a Robert (así resulto que se llama) ladear la cabeza, sonreír y secarse otra lágrima.

Ok, pensamos: Este vino que esá tomando lo ha sensibilizado demasiado, que pasó ahora? 

Nos cuenta que nació en Hawai y su pasión por el surf la tuvo al igual que nosotros toda su vida, hasta el 2009.... se levantó el boardshort y nos enseña la prótesis que empieza en su rodilla. Los tres idiotas preguntamos al mismo tiempo "shark attack?", y entre risas nos contesta: "Bueno fuera! imagínense lo interesante que sería la anécdota!"
Y continúa: "Me dijeron que antes de regresar a nuestro país, vayamos a Ecuador que es hermoso y con muchas playas, así que llegamos a un hermoso hostal (de la reencarnación de Joplin), y nos fuimos de paseo a Canoa en donde me dijeron que podría surfear. El problema fue que mientras entraba al mar, me cayó una ola encima y me arrancó la prótesis, asi que tuve que regresar remando con la pierna sobre la tabla, ante el terror de los bañistas y las carcajadas de mi mujer. Quiero pedirte que me ayudes a pararme de nuevo en una tabla, te lo agradecería toda la vida"

Luego de los abrazos, las risas, los intercambios de mails, promesas de volvernos a ver y más anécdotas, se despidió de nosotros con estas palabras para la María mayor mirándola a los ojos: "Prométeme que vas a volver a surfear, que no te vas a dejar vencer por el miedo como yo no me deje vencer por esta prótesis. Te aseguro que tu gran ola aún no ha llegado, pero cuando sea el momento, serás la mejor en correrla, lo harás superando todas tus expectativas y las de los demás, y siempre serás un orgullo para tus padres"

Nos tomamos las últimas fotos antes de despedirnos, esperando que sea hasta muy pronto!!


jueves, 21 de febrero de 2013

Las mejores lecciones

Siempre he dicho que la playa me trae solo cosas buenas, tal vez una que otra no tanto, pero las buenas son tantas que son las que realmente importan. 

Alguna vez vi por el malecón a un hombre cincuentón que me llamó la atención, y aunque siempre me he creído la gran "sin prejuicios", debo reconocer que pensé: "Uy! y este loco de dónde salió?".
Ahora que lo pienso bien, no fue su facha, ni su cabeza afeitada, ni sus rodilleras y coderas acompañadas de un skate como poco convencional medio de transporte, sino su cara tan seria y dura, como la de alguien acostumbrado a las miradas incómodas de tanta gente que se cree normal, así como yo.

Pero, igual como me sucedió años atrás con mi buen amigo Mark, descubriría a una singular persona, desinteresada, comprometida y noble.

Todavía no sé mucho de su historia y eso lo hace mas interesante, así que lo poco que conozco de él, lo voy a compartir arriesgándome a crear una leyenda urbana, porque si algo aprendí con la partida de Mark, es que a los amigos se los valora, agradece y celebra en vida.

Esta anécdota empieza cuando la María mayor quiso aprender Stand Up Paddle (SUP), que consiste en una tabla grande que se guía de pie con un remo. Es un deporte que es incluido como categoría en muchas competencias de surf, y tiene también su propio mundial. El hecho es que nada de esto le importaba a la niña sino que, al estar lejos de sus clases de crossfit, quería practicar algo que no bote por la borda sus meses de "tonificación muscular", y nada mejor que el SUP para poner a trabajar brazos, piernas y abdominales (según lo que veo de lejos).

Entonces las preguntas que surgieron fueron Dónde y Quién da estas clases?... Y así fue es como Mykel llegó a nuestras vidas.

Preguntando por allí y por allá, esto fue lo que saqué como conclusión antes de llamarlo:
Hombre solitario, amante del mar y la naturaleza, solo habla inglés y cuando intenta hablar español nadie le entiende, es ecuatoriano de nacimiento pero vivió toda su vida en algún lugar de Estados Unidos, en dónde dicen que tiene tiendas de surf que le permiten vivir de las rentas en este pedazo de mundo. Cuenta la leyenda que piso por primera vez Ecuador hace no mucho por el fallecimiento de un tío, y se quedó tan enamorado de la playa que aquí echó raíces. 

Este hombre misterioso es tan generoso con la pasión que tiene por el SUP y el océano en general, que dedica horas de su tiempo a enseñarle este deporte a quien vea interesado en aprender.

Pero sus clases van mucho más allá de subirse en un lindo paddle board de colores brillantes.
Con una paciencia de padre sabio, trasmite todo lo que sabe sobre equilibrio, coordinación, concentración  y perseverancia, para luego, una vez que está con sus alumnos en la mitad del mar, enseñarles a respirar, ver y sentir a la madre naturaleza. 


Los que no se enganchan, regresarán a la orilla pensando en las anécdotas que contarán de este personaje tan "excéntrico", mientras averiguan donde comprarse su propia tabla para verse fashion, en cambio, los que  logran conectarse con su energía, regresaran siempre al mar con los sentidos afinados y una funda vacía que llenarán con los desperdicios que otros dejan descuidadamente atrás. 

Muchos que lo conocen más de cerca dicen que está medio loco, pero Quién no lo está?