sábado, 27 de marzo de 2010

Mi cadena de Favores

Me acordé de una película que vi hace años, “Cadena de Favores”, no es que me gustó mucho, pero la idea central es atractiva: Hacer un favor a 3 personas que realmente lo necesiten, y éstas a su vez harán lo mismo con otras tres, y así se tendrá una conexión infinita de favores que el cosmos te regresará…en algún momento. El niño protagonista se muere en la película, así que no sé si ese fue un favor para él o para nosotros los televidentes, porque la verdad la película no es tan buena.

Aquí en nuestro planeta sucede algo parecido en la forma geométrica de propagación, y no me refiero al SIDA, sino a la fabricación de seres humanos en sí.

Veamos, un imbécil se une a otra imbécil porque obviamente los iguales se atraen (al diablo la ley de la física que dice lo contrario), y que va a salir de ellos? otro engendrito en el mejor de los casos, pero para mala suerte las estadísticas dicen que saldrán más de dos. Esto significa que cuando este grupo de niños insensibles, desleales, seso hueco y falta de amor crezcan, buscarán sus iguales, y así sucesivamente el mundo seguirá poblándose de infelices, de una manera astronómica!

Será que alguien más ha tomado conciencia de esto o es que ya me volví loca por el exceso de yodo? El punto es que desde hace 17 años he estado trabajando en la creación de seres diferentes. Soy la Víctor Frankenstein moderna! Ahora sí soné de manicomio.

Lo explicaré un poco: Cuando nació mi hija mayor yo tenía 20 años, para mí ella era mi lienzo, así que esta vez haría bien las cosas, rompería mi molde, y ella no sería una mini-me. Mi segunda hija llegó cuatro años después, y la tercera luego de dos años más. Con todas he hecho lo mismo: contar cuentos en las noches, disfrazarnos, hacer pasadas telefónicas, y conversar y conversar de todo, pero en especial de chicos, amigas malas y profesores.

Mis hijas son las amigas que yo hubiera querido tener en el colegio. Aunque son super diferentes: la una es pintora, la otra es amiguera y la otra llorona, las tres comparten aficiones singulares: Se meten en problemas por defender a los demás, surfean, hacen skate, caminan paradas de manos en la playa, rescatan insectos en problemas, regalan con cariño su ropa y sus juguetes a todo el que toca la puerta, no se van a dormir sin el beso y abrazo de buenas noches, y así desde chiquitas, darían la vida la una por la otra.

La conclusión es que somos de otro planeta! Ellas me piden permiso y entienden mis explicaciones de por qué No. Las amigas y amigos de mis hijas NUNCA les cuentan nada a sus papás, ni a sus papás les importa. Desde los 11 años tienen enamoradito de cogida de mano y besos con lengua, a los 12 ya saben lo que es la menta (y no de La Universal), y a los 16 algunas han necesitado un aborto, y las que no, es porque tienen un amplio conocimiento de todos los métodos anticonceptivos existentes, pero ignoran lo que es dar y recibir amor.

Las niñas son malvadas cada vez a más temprana edad. A los 10 ya se inventan rumores terribles de otras niñas y los propagan peor que el herpes (que también tienen pero que le dicen “fuego”), a los 12 ya le han quitado el enamorado a la BFF, a los 15 amanecen en la casa de alguien que no conocían 8 horas antes, y a los 19 tienen un hijo con el mejor amigo de la mamá!!! Lo más increíble es que a todo el mundo le parece normal, nadie ve nada raro en todo esto…solo yo ¡que jodida soy!

Si el mundo no se acaba en el 2012, mi preocupación será si mis hijas encontrarán algún día a su igual? Un igual a ellas con las que puedan continuar con la “Cadena de Favores” creando a sus propios nuevos seres que hagan un mundo mejor. (perdón, sonó muy fresa??)

lunes, 1 de marzo de 2010

El visitante que causó la polémica

Cada mañana me asomo al balcón y disfruto de una relajante vista. Esta vez, había un bulto oscuro y grande que nadaba hacia la orilla. Es común ver tortugas de todos los tamaños por esta zona, y claro, mantarrayas como la que me perforó la pierna y encapsuló su veneno que hoy, después de un mes, todavía tengo, pero no se trataba de nada de eso, sino de un lobito marino!

Después de nadar muy cerca de la orilla, se escondió entre las rocas y allí se quedó todo el día. Como es de esperarse, creó bastante conmoción entre el populacho acostumbrado a ver a estos animalitos solo en circos o en la tele, y al cabo de un par de horas estaban encima del asustado lobito, tratando de hacerlo salir usando palos, piedras y perros!

Así fue como me convertí en la bruja del balcón, gritando y ahuyentando de forma gráfica y expresiva a todo el que molestaba a nuestro asustado visitante.

El show continuó al día siguiente, y en realidad era penoso ver al asustado animalito en esas condiciones siendo molestado todo el día, así que comencé a llamar a las instituciones que se me ocurrió podrían ayudar. Llamé a Fundación Natura, y descubrí que es mentira que ayudan a los animales, por lo menos no a los de la costa; llamé a la Capitanía de Puerto y me dijeron que no tenían ni personal, ni recursos, pude ver que ganas tampoco; llamé a Defensa Civil de Salinas y me dijeron que solo ayudaban a personas; llamé a la FAE y me dijeron que no tenían movilización, sino con mucho gusto, así que cuando entusiasmada les dije que yo podía irlos a ver, se cortó la llamada y nunca más me contestaron; llamé a los Bomberos y se rieron; llamé al Municipio de Salinas, y parece que no han leído el lindo slogan que tienen en su lugar de trabajo diario, porque también les causó chiste mi pedido de ayuda, así que ya no tuve a quien más llamar y una vez más me decepcioné.

Toñito por su lado, llamó a un conocido que se contactó con la delegada del Medio Ambiente en la Península. Ella se acercó, lo vió, sonrió por nuestra ignorancia ya que según ella, era un adulto descansando, y se fue.

Días después, mientras seguían las agresiones sobre todo de niños del sector, me encontré de casualidad con esta delegada del medio ambiente. Al preguntarle por qué no habían hecho nada todavía por rescatar al animalito y llevarlo a un lugar seguro luego de examinarlo, me contestó que era imposible porque un veterinario cobra demasiado por hacer eso, y sobre todo que el Ministerio no tiene recursos para hacer nada, sumado a que la naturaleza tenía que hacer su trabajo y no podían salvarlo de morir si así tenía que ser. Mi indignación fue grande, ya que si el animalito moría por causas naturales, aunque triste, se entendería, pero no podía quedarme de brazos cruzados viendo como lo mataba la gente por curiosidad y maldad!! Además cómo era posible que un Ministerio nuevo, de una Provincia nueva no tenga recursos para lo que fue creado, al fin y al cabo no es Ministerio de Trabajo, ni de Vivienda, es de Medio Ambiente!! La respuesta de ella fue que me queje al presidente de la República para que les dé más recursos….pensé que lo que a gente como ella le hace falta no se lo da ningún presidente de la República.

Al día siguiente llegaron las cámaras de televisión, y con ellos más curiosos a seguir atormentando al pobre animalito. Lo bueno es que también llegó la ayuda. El jefe de la Defensa Civil de Libertad vino con su equipo a ver en qué podía ayudar. Resultó ser un señor sesentón, bonachón, y muy comprometido, que organizó la tarea de rescate del lobito para llevarlo a un veterinario que revise su condición. Así se hizo, y se determinó que se trataba de un juvenil que seguramente se desorientó y cayó en esta playa. Luego de administrarle vitaminas y antibióticos (estaba muy golpeado y tenía las heridas de los palos y fierros con los que lo molestaron durante casi una semana), se lo regresó al mismo lugar para que él decidiera cuando marcharse.

Aparte de eso conversamos con los niños y padres del sector para concientizarlos sobre esta visita temporal y cómo debían protegerlo en lugar de lastimarlo. Lo entendieron por fin, y dejaron de molestarlo.

Cuando ya todo parecía estar en paz, la nombrada delegada del medio ambiente me envió un email bastante grosero y personal, en el que me reclama el haber armado “semejante lío” que “causó el malestar de tantas instituciones entre sí”, y que “obligué al personal de Defensa Civil a someter al lobito a un stress innecesario”. Mi respuesta fue con copia a la Ministra de Medio Ambiente, que al parecer opina lo mismo que yo con respecto a la incompetencia de algunos funcionarios.

El final feliz lo tuvo el lobito que regresó al mar y nunca más se dejó ver por estas playas tan conflictivas y poco amables, bien por él.

sábado, 9 de enero de 2010

20 años de Graduadas


Entré a las Mercedarias en preparatoria en el año 1978.
Nunca lloré ni me angustié porque para mí todo era divertido, gracias a una confusión que nadie me aclaró sino hasta el tercer trimestre: cada vez que sonaba el timbre de cambio de hora, yo me iba detrás de la profesora al otro paralelo, así que fui la niña con más amigas y deberes más fáciles ese año (hacía los mismos deberes dos veces).
En la mitad del patio había lo que yo recuerdo como un enorme súper árbol gigante que me causaba fascinación, así que lo adopté. Me encantaba subirme en él todos los días, y la monja angustiada trataba de bajarme de mil maneras, entre ellas sacándome los zapatos que era lo único que alcanzaba la pobre!, y una que otra vez me amarró a la silla con una soga, un método anti pedagógico se diría hoy en día, pero la verdad es que reconozco lo indomable que era…
Lo más chistoso es que yo llegaba a la casa a contar la anécdota y les decía a mis papás que una niña malcriada hacía eso. Mi mamá horrorizada me prohibió ser amiga de "esa niña", hasta que descubrió muerta de vergüenza que "esa niña" era yo.
Pasé a primaria y recuerdo a las grandes amigas que tuve y nuestras escapadas al terreno vacío donde nos reuníamos a contar historias de terror. La historia favorita era la de cientos de plantas que se cerraban cuando le pasabas el dedo y decías: “ciérrate, ciérrate que allí viene el diablo” y luego se abrían con las palabras mágicas: “ábrete, ábrete que llega Dios”….nos demoramos muchos años en descubrir que las plantitas en cuestión se abrían y cerraban con cualquier frase o sin ella.
Recuerdo también a mi amigo Samuel, el altísimo y delgado portero del colegio. El y su hermano Miguel eran de lo más simpáticos y educados.
Ahora haciendo un "background" veo que tuve mucha suerte de toparme con ellos y no con algún pedófilo, porque ingenuamente en cada recreo me metía en la casa de los guardianes pidiéndoles que me cuenten historias, y a ellos no les quedaba otra que inventar una nueva cada día para que me vaya pronto. Yo compartía con ellos mis cinco sucres de lunch (dios que vieja soné!) y mis historietas de “Mortadelo y Filemón”, y ellos me dejaban llevarme en mi lonchera los gatitos que encontraban en el terreno vacío, el de los espantos.
Luego llegó la secundaria, y con ella mi rebeldía que me hacía no querer estar en un colegio de monjas y encima solo de chicas. Molesté tanto a mis compañeras y a los profesores, saqué a propósito tantas malas notas, hice maldades que me encargué de que todos se enteren, que fue para mí la victoria el día que me negaron la matricula para cuarto año.
La felicidad no me duró mucho. Pasé por dos colegios mixtos de los que solo recuerdo haber sido una de las mejores alumnas, sobre todo en Filosofía (el Dr. Ceprián estaría orgullosísimo de mí) y en Historia Universal, que buenas bases tuve en las Mercedarias!
En estos nuevos colegios no tuve risas, compañerismo ni diversión, los chicos eran patanes, las chicas insoportables, los profesores mediocres y el inspector se vendía por un Trópico y unos Líder.
Hoy, a mis 37 años, conservo aún como mis grandes amigas a las niñas con las que corría y me reía en mi primaria, las chicas con las que hablábamos de chicos en la secundaria, y las mujeres profesionales, mamás dulces y dedicadas de hoy, que aunque por la distancia no podemos vernos siempre, gracias a la tecnología moderna podemos compartir casi a diario fotos y muchos recuerdos.
Hace poco pasé por un duro momento con mi hija menor que estuvo muy grave en la Clínica, y quienes estuvieron allí con sus palabras de consuelo, oraciones y abrazos, fueron mis amigas Mercedarias queridas, ellas con las que los lazos de la amistad y el cariño trascendieron las aulas del colegio.
Hoy, 20 años más tarde, nos reunimos en la capilla del colegio.
Por primera vez me llegaron las palabras de la Madre Olga (a la que alguna vez le arranqué el velo para ver si era calva), aunque sospecho que siempre habló igual, la que cambió definitivamente fui yo.
Estuve sentada en la misma banca de iglesia donde me sentaba para conversar y reírme mejor, aunque esta vez si escuché al sacerdote y no le pegué el chicle en el pelo a nadie.
Al final brindamos, nos reímos, nos tomamos fotos, compartimos anécdotas y la pasamos muy bien.
Me gané una medalla, aunque sospecho que no fue por lo que me dijeron, pero les dio pena aceptar que era a la más peleona.
Salí de la reunión reconociendo que todas habíamos cambiado de una manera u otra, pero que lo esencial, la fraternidad y buenos valores que sin descanso nos inculcaron, nos convirtieron a todas en unas mujeres increíbles, de las que cualquier pareja, amigo, padres o hijos, de seguro están muy orgullosos.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Mi Cuento de Navidad


Foto de una Navidad hace 7 años
Uno de los tantos lemas de mi padre es “Hay que ser práctico en la vida”, y el de mi madre “No hagas problema”, así que sumándole a la practicidad el hecho de ser maniaco obsesivo no diagnosticado y por lo tanto no medicado, la vida en general de los que crecimos en el entorno puede ser bastante…¿complicada?
El ser práctico llevó a mi padre (y a mi madre incluida para “no hacer problema”) a darnos en Navidad regalos sin envolver, a decirnos que Papá Noel es él mismo, y a no poner mucha luz en el árbol porque “Así le da vueltas el medidor”.
Es por eso que decidí mientras crecía, ser el polo opuesto a mis padres.
Cuando Andreita tenía dos años empezamos un ritual que luego siguió con la Titi y la Cristi, y duraría 14 años. Cada una metía la carta a Papá Noel en su bota de fieltro y la colgaba en la ventana. Luego de un par de días amanecían las botas repletas de caramelos y chocolates súper raros, de esos que solo vendían en las tiendas del Polo Norte (“Honey” del Albán Borja), y todo el piso hasta la ventana estaba lleno de polvo mágico de los renos voladores (escarcha dorada). Así comenzaba la alegría de la Navidad en nuestra casa! El 24 de Diciembre también era tradición cenar donde mis papás, así que antes de irnos, le dejábamos a Santa galletas oreo y un vaso de leche en la mesa.
Ya en casa de mis papás siempre se le "olvidaba" algo a Toñito: comprar una cola, un encendedor, etc, etc. , así que buen pretexto para desaparecer, coger el carro y salir volando a la casa, sacar los regalos del escondite secreto, meterlos en una súper bolsa de tela brillante verde con lazo de satín rojo, ponerla en el árbol, regar polvo mágico de los renos voladores, mordisquear un poco las galletas y regar un poco la leche (ese era el plan pero siempre se comía todas las galletas y me regaba casi toda la leche en la mesa).
A la media noche cuando regresábamos a la casa, todo era increíble! Ver esas caritas, las risas, los ojos enormes, la ilusión!! El sueño se les quitaba por un par de horas hasta que se dormían rendidas con vestido de navidad y todo.
Luego de algunos años comenzó a peligrar el ritual porque las niñas empezaron a sospechar del desmemoriado papi que siempre se olvidaba de algo y desaparecía en la mitad de la cena, así que no se desprendían de él ni un segundo, haciendo complicada la huída.
Todo fue pasado a la mañana del 25, así teníamos tiempo de sobra en la madrugada para armar toda la escena que encontrarían la mañana siguiente.
Las tres Marías comenzaron a tener dudas a partir de los 10 años, gracias a sus compañeros de clase que tenían papás como los míos, pero yo siempre lograba convencerlas, además si no crees en Santa, no te llega nada en Navidad….que triste cuando me decían: “Ah por eso es que los niños pobres no reciben nada, ellos no creen en Santa mami”
Un día, en medio de las dudas de aquel personaje, Andreita recibió una sorpresa: mirando por la ventana vio unas luces rojas volando a lo lejos, mientras hice sonar una campanita escondida en el árbol, así que gracias a TAME, o a un extraterrestre, la bebe siguió creyendo.
Definitivamente a los 12 no creyó más, ni en Santa, ni en la Primera Comunión, ni en nada, se me hizo agnóstica la chica, pero se convirtió en nuestra cómplice para que sus hermanitas sigan creyendo.
Luego a la misma edad la Titi tanteó unos zapatos patines escondidos en mi closet, así que dejó de creer, y el año pasado la Cristi pidió un “Ripstik” que la prima se encargó de decirle que su papá se lo trajo de Miami.
Es así como terminó la ilusión de la Navidad para mí. Viéndolo bien me sirvió como terapia aunque no creo estar todavía curada, porque este año ni árbol puse. Ya no hubo polvo mágico de renos, ni botas, ni oreo, pero las caritas de alegría de mis hijas me llenaron de nuevo del espíritu navideño que me hace tan agradecida porque tengo los mejores regalos durante todo el año!

lunes, 7 de diciembre de 2009

A ricitos con amor


Definitivamente cada quien cree en lo que quiere, los incas en el sol, los griegos en sus guapos dioses, etc., etc., Yo no soy la excepción, así que siempre he querido creer en el alma gemela para cada terrestre y por supuesto en la reencarnación. Según mi teoría, que no es solo mía por cierto, nos rodeamos de seres que nos ayudan en esta evolución espiritual que termina en el Nirvana. Es por eso que a veces conocemos a alguien que de una nos cae bien, porque seguramente en otra vida fue un mejor amigo o un familiar de esos divertidísimos, y otros que de una nos caen súper mal, porque podrían haber sido…la suegra, o un cobrador fastidioso.
Asi es que estoy rodeada de gente, que según yo, me ha acompañado por muchos siglos.
Hace muchos años conocí a una linda niñita con un pelo precioso. Cuando le cogí un mechón y le pregunté con una gran sonrisa su nombre, me miró con una carota y se limitó a arrancar de mi mano su lindo rulo. Hasta allí llegó la linda ricitos de oro.
No me acuerdo en qué momento esa niñita regresó a mi vida, pero debe haber sido en su adolescencia, porque llegaba el 31 de Diciembre, y la tenía en mi casa hasta Marzo. A mí me encantaban sus visitas, especialmente porque me mantenía al día con el argot juvenil que más adelante me sería muy útil con mis tres Marías.
Su paso por la adolescencia no fue nada fácil, y me recordaba a mí misma, así que decidimos adoptarnos mutuamente. Eso trajo algunos celos. Andy no entendía por qué no podía quedarse a escuchar las conversaciones que teníamos Ricitos y yo, y Toñito histérico porque no me acostaba con él temprano a ver la tele, sino que me quedaba conversando hasta altas horas de la madrugada. De nada servía que le explicara que toda esa información adolescente me serviría en un futuro próximo, simplemente no lo aceptaba y seguía con la trompota.
Un día casi se termina la paz y armonía de mi feliz matrimonio.
Ricitos nos pidió que la lleváramos a la casa de una amiga en Puerto Lucía. Cabe recalcar que en ese tiempo el carro familiar era una Chevrolet Luv con el aire dañado, un hueco en el piso por donde a más de entrarnos con furia la tierra, se veía la calle y el aceite que iba quedando, botaba un humo asqueroso que nos confundía con fumigadores contratados por la prevención de la malaria, y latas y fierros oxidados sobresalidos que nos hacían el terror de cualquier vaca que se cruce en el camino, ya que agonizar semanas antes de morir de tétano es peor que morir de una con el impacto de un buen frente de camioneta.
Cuando estábamos a pocas cuadras del club, Toñito le pregunta el nombre de la familia para dejarla adentro. Instantáneamente esa niña se botó del carro, todavía rodando, y llegó corriendo al club sin mirar atrás. Desapareció entre las canchas de tennis y los guardias de la garita. Después de algunos “¿Pero qué se ha creído esta muchachita?”, “Viste?, ni siquiera dijo gracias”, y “Ni más la llevo a ningún lado a la malagradecida esta”, entendió que cuando tienes 15 años eres así.
Pasaron algunos años más, y muchas cosas cambiaron: sus risos se fueron por mucho tiempo gracias al alisado permanente tan de moda, tuvo un precioso bebé del que soy la madrina principal (luego de arrebatárselo en la pila bautismal a la madrina segunda), descubrió que tiene un talento impresionante para la pintura, y creo que encontró a la persona especial con la que algún día va a formar su propia tribu.
Yo la sigo de cerca, convencida de que en otra vida fui su mamá, hermana mayor, o algo parecido, porque en esta vida la quiero tanto como a otra María.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Lo bueno que traen los apagones

Michael Jackson y su Moonwalking - Titi
Escalera eléctrica - Andy
jalar la válvula...no había necesidad de ser tan explícito - Toño




Roca.. no es isla sino ROCA - Cristi










Riel.... por Dios!! RIEL!! - yo

Todos los miércoles eran “miércoles Familiares”. Algunas veces éramos jurado y otras concursantes.
El juego: “American Next Top Model” y “American Idol”. Los puntos aumentaban con el vestuario, maquillaje e interpretación, y por supuesto tenían que haber concursantes desubicados que hacen todo mal para hacer reír al jurado y ser la burla mundial. 
Andy y la Cristi nunca querían hacer ese papel, así que nos tocaba a Toño, y a mí hacer las payasadas. Lo pasabamos demasiado bien, llorábamos de la risa…hasta que apareció Lost en el mismo horario y Andy adolescente nos convenció de cambiar el día familiar.
El miércoles se convirtió en “martes familiar”. Comprábamos pizza 2x1, una Coca Cola familiar (fabricada especialmente para el día familiar), y nos sentábamos alrededor de un tablero de “Clue” de los Simpsons. Aunque las más chiquitas no entendían todos los apuntes que los más grandes hacíamos, lo intentaban muy bien, y aunque nunca ganaron, nos divertíamos muchísimo. 
Eso nos duró muchos martes, hasta que apareció “Big Love” en el mismo horario y nos tocó a los papás convencer a las hijas de cambiar el día familiar.
Probamos un tiempito con el jueves, pero no dio mucho resultado, no por el día en sí, sino por los juegos que escogimos. A nadie le gusta jugar conmigo SCRABLE, dicen que es aburrido, y yo digo que es increíble porque siempre les gano.
Tampoco resultó el juego que eligió la Cristi, era demasiado chistoso ver a Toñito jugar “Las Bratz , tu onda, tu moda”. 
“Disney Trivia” nos gustó a todas, menos a Toñito. Parece que al pobre nunca lo llevaron al cine Maya porque creía que Pocahontas era la novia del Jorobado de Notre Dame que huía del malvado Scar luego de que se hundió su barco, y nos hacía perder a todos los que entrabamos en su equipo.
Andy opinaba que mejor fuéramos a ver la televisión nomás, pero eso era anti-familiar como todos le dijimos.
Durante mucho tiempo desaparecieron esos días. Fueron reemplazados por el facebook y el eterno BB Messenger, pero hoy, gracias a los apagones, ha vuelto la felicidad al hogar!
El ritual comenzó: velas aromáticas en la sala, división de equipos: "Yo voy con mi mami!; Papi deja de payasear que siempre sacas 1 en el dado!; Titi, adivina bien!; Andy porque dibujas tan despacio?; Cállate es que quiero hacerlo bien!; Oye, no contestes tus mensajes de celular! Ya jueguen pues o me voy!"….Mmmm eso es familia! Que lindo! Todos estamos alrededor de PICTIONARY y comenzamos a tirar dados, dibujar, ganar, reírnos, y no nos damos cuenta que hace más de media hora regresó la luz!.