
Me acordé de una película que vi hace años, “Cadena de Favores”, no es que me gustó mucho, pero la idea central es atractiva: Hacer un favor a 3 personas que realmente lo necesiten, y éstas a su vez harán lo mismo con otras tres, y así se tendrá una conexión infinita de favores que el cosmos te regresará…en algún momento. El niño protagonista se muere en la película, así que no sé si ese fue un favor para él o para nosotros los televidentes, porque la verdad la película no es tan buena.
Aquí en nuestro planeta sucede algo parecido en la forma geométrica de propagación, y no me refiero al SIDA, sino a la fabricación de seres humanos en sí.
Veamos, un imbécil se une a otra imbécil porque obviamente los iguales se atraen (al diablo la ley de la física que dice lo contrario), y que va a salir de ellos? otro engendrito en el mejor de los casos, pero para mala suerte las estadísticas dicen que saldrán más de dos. Esto significa que cuando este grupo de niños insensibles, desleales, seso hueco y falta de amor crezcan, buscarán sus iguales, y así sucesivamente el mundo seguirá poblándose de infelices, de una manera astronómica!
Será que alguien más ha tomado conciencia de esto o es que ya me volví loca por el exceso de yodo? El punto es que desde hace 17 años he estado trabajando en la creación de seres diferentes. Soy la Víctor Frankenstein moderna! Ahora sí soné de manicomio.
Lo explicaré un poco: Cuando nació mi hija mayor yo tenía 20 años, para mí ella era mi lienzo, así que esta vez haría bien las cosas, rompería mi molde, y ella no sería una mini-me. Mi segunda hija llegó cuatro años después, y la tercera luego de dos años más. Con todas he hecho lo mismo: contar cuentos en las noches, disfrazarnos, hacer pasadas telefónicas, y conversar y conversar de todo, pero en especial de chicos, amigas malas y profesores.
Mis hijas son las amigas que yo hubiera querido tener en el colegio. Aunque son super diferentes: la una es pintora, la otra es amiguera y la otra llorona, las tres comparten aficiones singulares: Se meten en problemas por defender a los demás, surfean, hacen skate, caminan paradas de manos en la playa, rescatan insectos en problemas, regalan con cariño su ropa y sus juguetes a todo el que toca la puerta, no se van a dormir sin el beso y abrazo de buenas noches, y así desde chiquitas, darían la vida la una por la otra.
La conclusión es que somos de otro planeta! Ellas me piden permiso y entienden mis explicaciones de por qué No. Las amigas y amigos de mis hijas NUNCA les cuentan nada a sus papás, ni a sus papás les importa. Desde los 11 años tienen enamoradito de cogida de mano y besos con lengua, a los 12 ya saben lo que es la menta (y no de La Universal), y a los 16 algunas han necesitado un aborto, y las que no, es porque tienen un amplio conocimiento de todos los métodos anticonceptivos existentes, pero ignoran lo que es dar y recibir amor.
Las niñas son malvadas cada vez a más temprana edad. A los 10 ya se inventan rumores terribles de otras niñas y los propagan peor que el herpes (que también tienen pero que le dicen “fuego”), a los 12 ya le han quitado el enamorado a la BFF, a los 15 amanecen en la casa de alguien que no conocían 8 horas antes, y a los 19 tienen un hijo con el mejor amigo de la mamá!!! Lo más increíble es que a todo el mundo le parece normal, nadie ve nada raro en todo esto…solo yo ¡que jodida soy!
Si el mundo no se acaba en el 2012, mi preocupación será si mis hijas encontrarán algún día a su igual? Un igual a ellas con las que puedan continuar con la “Cadena de Favores” creando a sus propios nuevos seres que hagan un mundo mejor. (perdón, sonó muy fresa??)