lunes, 5 de octubre de 2009

En la Ciudad de La Furia


Hace casi ocho meses publicaron en diario El Universo una carta que les envié acerca de la terrible ola de inseguridad que se estaba viviendo en Salinas. Allí relataba el asalto que sufrió el personal de la distribuidora donde yo trabajaba. Minutos antes yo había salido y por eso me salvé del horror que vivieron mis compañeros, que luego de eso engrosaron la fila de ecuatorianos estresados, paranoicos y aterrados.
Me pregunté cómo era posible que haya tanta base militar en la Península adiestrando a soldados para defendernos de invasiones extranjeras imaginarias, y no puedan salir a practicar por lo menos un ratito con enemigos reales. Los mandé a las calles, en lugar de estar parados como soldaditos de plomo en las garitas, o jugando al tiro al blanco, día tras día, costándole millones al estado. Pero no me pararon bola los que leyeron mi nota, si es que la leyeron.
La ola de asaltos a mano armada y bien organizada bajó muchísimo, claro, se acabó la temporada de playa. En su lugar quedaron los estruchadores de barrio que se meten a las casas abandonadas a ver que se llevan, y una que otra muerte por saldo de cuentas entre pandilleros. “Nada del otro mundo”.
El problema ahora más que nunca es Guayaquil, y ya que los militares están por allá, seguro que los choros regresarán por acá.
Y lo que más me preocupa es la clase de delitos que se cometen a diario. Estos seres están enfermos, llenos de odio, degenerados a su máxima expresión. No roban y ya, sino que matan y torturan con saña y frialdad. No entiendo como un delincuente de estos puede salir del maletero, meterse al taxi, y luego de robarle a la infortunada pasajera piensa ah, espérate un ratito que aprovecho y te violo. ¿?¿?¿? Entran a una casa a la hora que sea, y si hay mujeres y niños..ah, espérate que aprovecho y te violo.¿?¿?¿?¿?¿? No entiendo.
Entonces estamos en una sociedad de locos sicópatas, y para un loco sicópata no puede haber una cárcel normal. Estos enfermos no pueden salir NUNCA de la cárcel-siquiátrico a la que pertenecen, y deben ser castrados por si acaso se llegaran a escapar.
Qué se está haciendo al respecto? Por lo pronto la cárcel del municipio está de adorno, sugiero que encierren allí para siempre a todos estos sicópatas, y les den de comer la llave licuada en la crema de brócoli.
Por otro lado, existen muchos trabajadores sociales en el país, ¿estarán haciendo algo por los cientos de miles de niños que viven y crecen en el entorno monstruoso que los convierte en eso a lo que tanto le tememos? Cada vez que veo en las noticias casos como el bebé que es entregado nuevamente a su madre “arrepentida” luego de botarlo en un tacho con el cordón umbilical todavía pegado, me doy cuenta que no, nada se está haciendo, y lo poquísimo que se quiere hacer, se lo hace recontra mal.
Si yo fuera un cuento, ¿qué personaje sería? Antes hubiera respondido La Sirenita, hoy me moriría por ser El Flautista de Hamelin.
Hoy, cambiaría feliz mi amado mar por el trabajo de eliminar ratas de la ciudad de la furia.

3 comentarios:

  1. Lo que a mí me cabrea es que si los meten a la cárcel salen en dos minutos. Qué, en vez de celdas tienen puertas giratorias ahí dentro?

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  2. agrega tu blog en www.ecuadirectorio.tk

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