
Mi suegro decía que las 6:30 de la tarde es “La Hora del Burro”…la verdad no sé si se refería a que sus hijos se ponían lentos, pesadotes y burrísimos a esa hora en particular, o de verdad hablaba del animal cuadrúpedo que prefería esa hora para salir a vagar por las carreteras del país.
Y he recordado esa frase de mi querido suegro, porque estas últimas semanas que he recorrido la carretera Salinas-Guayaquil-Salinas-Ruta del Sol casi sin fin, he visto con mucha preocupación no solo burros, sino también vacas gigantescas pastando alegremente y cruzando sin el menor apuro la vía.
El sábado en la noche, mientras cruzábamos la comuna Curía, y gracias a nuestros solidarios compatriotas que nunca bajan las intensas, estuvimos a dos segundos de estrellarnos de frente con un burro, que con cara de burro ni se inmutó.
Reconocí en ese momento que Toñito es mi héroe, porque con reflejos de Schumacher frenó un segundo, soltó el freno, giró a la derecha pero no tanto como para irnos barranco abajo, y siguió el curso de la carretera. Mis respetos! Acepto que de haber manejado yo, no lo estaría contando.
Luego de pasar el susto y prometer una vez más que no viajaríamos a la “hora del burro”, peor en la noche, al día siguiente volvimos a viajar más tarde!
Atravesando los "Cinco Cerros" de la Ruta del Sol, infinitas curvas rodeadas de montañas y árboles enormes, vimos un burro cómodamente sentado en la mitad del carril contrario al nuestro. Sólo le faltaba la taza de té y los naipes al condenado animal. Pasamos alado del burro y unos segundos después se acerca un carro por la curva directo hacia él, nos miramos, hicimos caras, y enseguida escuchamos un golpe, luego un rebuzno lastimero, y finalmente algo parecido a un CRASH.
Presionados por las Marías que no paraban de gritar por la suerte de los conductores, y del burro, giramos en U entre curvas malvadas y con el inminente peligro de ser los próximos estrellados. Mientras llegábamos a la curva de los hechos, nos íbamos preparando para la escena dantesca.
La sorpresa, seguía Platero bien sentado, y casi puedo jurar que lo vi reírse de nosotros. Por cierto, ni señal de un choque.
Concluimos que el CRASH fue simplemente la batería de Ringo Starr.
De cualquier modo, ahora las Marías creen que son los fantasmas de los burros atropellados los que se aparecen a las 6:30 de la tarde para vengarse cobrando víctimas.
Fantasmas o no, lo único de lo que estoy segura, es que los verdaderos burros son los dueños de esos animales sueltos, y más burros las autoridades que no hacen mucho para controlarlo, y definitivamente más burros los que viajamos a la hora del burro sin necesidad alguna.