Debo confesar que no me gustan los bares, principalmente porque no bebo alcohol y cuando lo olvido lo pago con tremenda migraña. Tampoco le hago a las discotecas porque soy de bailar cualquier cosa con el pasito "take on me", al que mis hijas llaman "suicidio social". Pero en esta ocasión quisimos aceptar las múltiples invitaciones de nuestro amigo Mikel, y caímos en una discoteca-peña-bar-restaurant llamada "Sin".
La primera grata sorpresa de la noche, fue encontrarnos en el teclado con el buen amigo de la infancia de Toñito, el carismático y talentosísimo creador del "oh-oh-oh-oh-oh-oh-Ecuador!", David Cobo; en la bateria al maestro Willy Wong, y en la voz a una increíble cantante desconocida, que juraría que es la reencarnación de Janis Joplin. Una combinación perfecta, pero que solo fue el preámbulo de esta anécdota que estaba por cambiarnos la vida.
A punto de terminar el show, le dije a David que toque "You may be right" de Billy Joel y lo animé (léase empujé) a Toñito al escenario para que la cante.
Pasado el primer minuto de desafine y nervios, se animó con los aplausos del público, los gritos de las fans (yo), y la alegría del momento, e interpretó la canción de maravilla, igualito como lo hace en el juego de American Idol y gana por puntaje mas alto, así!
Felices regresamos a nuestros asientos y nos sirvieron una ronda de cervezas cortesía de la casa.
De pronto me fijo en un señor que se levanta de la mesa de alado y camina despacio mirándonos y se va al baño. Regresa a los pocos minutos y en todo su recorrido nos mira y se acerca como dudando de hacerlo. Finalmente nos saluda en inglés y le dice a Toño que ha disfrutado mucho su interpretación y que permita felicitarlo. Toño sonríe agradecido y le dice que es la primera vez que canta en público y que espera no haberlo hecho tan mal.
El hombre lo escucha mientras intenta controlar los pucheros de su boca, hasta que finalmente no puede mas, y mientras se seca las lágrimas nos explica:
"Mi esposa y yo hemos viajado por horas en avión hasta acá. Estamos en Ecuador de casualidad, luego de un largo viaje terminando de cumplir una promesa que le hice a mi madre que falleció hace 10 días. Me pidió que recorra la tierra argentina de sus antepasados, y es lo que he hecho. Esto ha sido durísimo para mi, y es una página del libro que no podía cerrar.... hasta hoy. Mi madre amaba la canción que acabas de cantar, y mi recuerdo mas claro de ella es manejando en la carretera, con la radio sonando "you may be right", y los dos cantándola a todo pulmón. De pronto la vuelvo a escuchar y pienso: Gracias Dios, gracias madre".
Pasó de pronto un ángel, y la María mayor, Toñito y yo nos miramos como preguntándonos mutuamente "entendimos bien o nuestro inglés nos está traicionado?" mientras las lágrimas de agradecimiento y tristeza de este hombre nos hicieron levantarnos y abrazarlo, así sin mas.
Luego de digerir todo lo que había pasado, se sentó con una copa de vino, y nos pidió que ahora le contemos nuestra historia. Empezamos con la interesante forma en que nos conocimos, y continuamos con el deporte que amamos, las chicas menores que compiten, la María mayor que dejó el surf para siempre cuando a los 15 años una ola la mantuvo demasiados minutos bajo del agua, y bla bla bla, cuando de pronto vemos a Robert (así resulto que se llama) ladear la cabeza, sonreír y secarse otra lágrima.
Ok, pensamos: Este vino que esá tomando lo ha sensibilizado demasiado, que pasó ahora?
Nos cuenta que nació en Hawai y su pasión por el surf la tuvo al igual que nosotros toda su vida, hasta el 2009.... se levantó el boardshort y nos enseña la prótesis que empieza en su rodilla. Los tres idiotas preguntamos al mismo tiempo "shark attack?", y entre risas nos contesta: "Bueno fuera! imagínense lo interesante que sería la anécdota!"
Y continúa: "Me dijeron que antes de regresar a nuestro país, vayamos a Ecuador que es hermoso y con muchas playas, así que llegamos a un hermoso hostal (de la reencarnación de Joplin), y nos fuimos de paseo a Canoa en donde me dijeron que podría surfear. El problema fue que mientras entraba al mar, me cayó una ola encima y me arrancó la prótesis, asi que tuve que regresar remando con la pierna sobre la tabla, ante el terror de los bañistas y las carcajadas de mi mujer. Quiero pedirte que me ayudes a pararme de nuevo en una tabla, te lo agradecería toda la vida"
Luego de los abrazos, las risas, los intercambios de mails, promesas de volvernos a ver y más anécdotas, se despidió de nosotros con estas palabras para la María mayor mirándola a los ojos: "Prométeme que vas a volver a surfear, que no te vas a dejar vencer por el miedo como yo no me deje vencer por esta prótesis. Te aseguro que tu gran ola aún no ha llegado, pero cuando sea el momento, serás la mejor en correrla, lo harás superando todas tus expectativas y las de los demás, y siempre serás un orgullo para tus padres"
Nos tomamos las últimas fotos antes de despedirnos, esperando que sea hasta muy pronto!!
increible historia! Mucho que contar a los nietos...cuando tengan eh?
ResponderEliminar